Por Roberto Veras
Soy de las personas que cuando estoy leyendo guardo las frases y pensamientos que dejan un mensaje positivo, lo resumo y luego lo muestro, veamos lo que algunos de ellos dicen sobre la honestidad:
Si dices la verdad no tienes que recordar nada. Mark Twain
Quien miente por ti, mentirá contra ti. Proverbio bosnio.
Conviértete en un hombre honesto y entonces podrás estar seguro de que hay un sinvergüenza menos en el mundo. Thomas Carlyle
Ningún hombre tiene una memoria lo suficientemente buena para ser un mentiroso exitoso. Abraham Lincoln
Una verdad que se dice con malas intenciones supera todas las mentiras que puedas inventar. William Blake.
Las citas anteriores me hicieron pensar en la honestidad y lo que realmente significa, cómo se usa, por qué es importante, he tenido “amigos” que no sabían ser honestos, pueden mentirme, o pueden ir a mis espaldas y difundir historias para lastimarme, las historias pueden tener una pizca de verdad o ninguna, pero la falta de honestidad destruye lo que la “amistad” pudo haber existido en algún momento.
La falta de honestidad en las relaciones resulta en confusión, pues, si una persona estira la verdad o la manipula, ya sea para “complacer” a otra, para proteger la privacidad o para evitar conflictos, la otra persona se confundirá debido a la falta de una base “honesta”.
Escuché el dicho toda mi vida: «Es mejor callar y pasar por tonto que hablar y borrar toda duda». Creo que es mejor callar y no decir nada que utilizar deliberadamente la verdad para dañar a otra persona.
Sin embargo, a veces la gente utiliza la verdad para herir, para dañar, todo hemos oído decir a otro «Solo estoy diciendo la verdad», y la motivación detrás de tal “honestidad” es golpear a una persona emocionalmente, para causarle dolor.
Casi todo lo que ves, oyes, hueles y saboreas es superficial, las imágenes se retocan para que luzcan perfectas; los aditivos artificiales se mezclan con los alimentos para que tengan un mejor sabor; y las voces son manipuladas por computadora para que suenen impecables, en la actualidad cada vez es más difícil detectar lo que es real o no.
Puedes perder o ganar si eliges ser honesto, sin embargo, lo perdido es en realidad una ganancia porque construye su integridad y una buena reputación. Al final, la gente seguirá prefiriendo a las personas honestas que a las deshonestas, en definitiva, la honestidad sigue siendo y será siempre la mejor política para convertirte en mejor persona.