La Rendición de Cuentas del general Juan Pablo Duarte

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Juan Pablo Duarte y Diez - Padre de la Patria

POR JUAN DE LA CRUZ

El patricio Juan Pablo Duarte definió al Gobierno dominicano como responsable en cuanto a sus actos, con lo cual asumió una de las principales características de un Gobierno virtuoso, que es la frugalidad en el gasto.

Con esta perspectiva se buscaba garantizar el uso pulcro de los recursos del Estado y lograr una mayor inversión social pública en beneficio de las grandes mayorías del pueblo dominicano, tal como lo planteó el Barón de Montesquieu en su obra Del Espíritu de las Leyes (2005, Tomo I: 78-79), cuando expresó:

“Las buenas democracias, al establecer la frugalidad doméstica, abrían las puertas a los gastos públicos, como se hizo en Atenas y Roma. En tal caso, las magnificencia y la profusión nacían del fondo de la misma frugalidad; y del mismo modo que la religión ordena que se tengan las manos puras para ofrecer sacrificios a los dioses, las leyes requerían costumbres frugales para que se pudiese dar algo a la patria… Cuando se vive en una sociedad en la que las leyes han establecido la igualdad y la frugalidad, estas mismas virtudes son el excitante del amor que nace por ellas”.

La frugalidad en el gasto lo demostró claramente el patricio Juan Pablo Duarte cuando era General de Brigada, Comandante del Departamento de Santo Domingo y miembro de la Junta Central Gubernativa, al ser designado el 21 de marzo de 1844 como oficial superior adjunto al General Pedro Santana para cooperar en “la defensa de la Patria en la agresión que nos han hecho los haitianos” (Duarte, 1999: 203).

Para su viaje a Sabana Buey, Baní, donde se encontraba acampado el General Santana, a Duarte se le entregó la suma de $1,000.00 pesos fuertes. De estos tan sólo gastó $173.00 pesos fuertes y el 12 de abril de 1844, fecha de su regreso a Santo Domingo –al no ponerse de acuerdo con Santana en la definición de un Plan de Ataque Ofensivo al Ejército Haitiano, por la oposición de este último-, devolvió al Tesoro de la República, que para entonces dirigía Miguel Lavastida, la suma de $827.00 pesos fuertes.

En su rendición de cuentas, Duarte procedió a hacer una relación pormenorizada de los gastos en que incurrió para la adquisición de raciones alimenticias para los miembros de su tropa, gastos misceláneos, entrega de recursos para emular el comportamiento de algunos miembros de sus tropas y para encarar las enfermedades que padecieron algunos soldados, clases y oficiales.

Ahora reproducimos íntegramente el informe entregado por Duarte (1999: 204-207) al Tesoro de la República, Miguel Lavastida, el 12 de abril de 1844, tras su arribo a Santo Domingo procedente de Baní, luego de que la Junta Central Gubernativa presidida por Tomás Bobadilla y Briones le ordenara retornar a ocupar su posición de Comandante de la Plaza de Armas de esta ciudad centenaria:

“Recibí del Gral. Duarte, la suma de ochocientos veinte y siete pesos, para ser entregados en la Tesorería de esta Ciudad. M. Lavastida
12 Abril 1844.”

Ese nivel de frugalidad, transparencia, pulcritud, honestidad y rendición de cuentas oportuna en el manejo de los fondos públicos, es un ejemplo imperecedero del patricio Juan Pablo Duarte para las presentes y futuras generaciones de República Dominicana en torno a cómo se debe proceder en el uso transparente y pulcro de los recursos del Estado.