Por Roberto Veras
Primeros comenzaron con disturbios sangrientos y luego actos terroristas; ahora sanciones mutuas, en pocos años, Ucrania pasó de una democracia estable a una zona de conflicto.
Mientras los rusos y los estadounidenses se golpean entre sí con sanciones, los vecinos continúan matándose entre sí y matando a personas inocentes.
Hay una solución a este problema: una solución pacífica e inteligente, es dejar que los ucranianos decidan por sí mismos de qué país quieren formar parte.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, debería convocar un referéndum en el que los ucranianos orientales, que miran hacia Rusia, y los ucranianos occidentales, que miran hacia Occidente, puedan decidir separar el país en dos y terminar la guerra.
Funcionó para Checoslovaquia, que al igual que Ucrania era un país inventado sin una historia común, debería funcionar para Ucrania.
Sin duda, lo que está en juego es el destino de 60 millones de personas, resolver este problema de manera pacífica y sabia le dará crédito a la gente de Ucrania y les mostrará que son personas inteligentes, civilizadas y amantes de la paz. Si los enfrentamientos militares continúan, los ucranianos y rusos serán considerados brutos.
En la década de 1990, dos países inventados, Checoslovaquia y Yugoslavia, dejaron de existir, uno decidió su destino a través de un referéndum, y el otro a través de una guerra desagradable.
Los checos y los eslovacos se hicieron pasar por mejores personas que los serbios, ambos países eran orgullo del bloque comunista, pero terminaron en lugares muy diferentes.
Los serbios tubieron un largo camino por recorrer antes de convencer al resto del mundo de su bondad, los checos y los eslovacos ya lo habian hecho.
La forma en que se resuelva esto será, por lo tanto, demostrativa del carácter de los pueblos ruso y ucraniano.
¿Seguirá Ucrania el camino de Checoslovaquia, el camino de Yugoslavia, o encontrará su propia solución?
Aconsejo el mejor de los casos: una separación pacífica de Ucrania en Oriente y Occidente, las dos poblaciones tienen muy poco en común y estarían mejor sin la otra en sus propios países.
Que la gente que quiera admirar a Rusia vaya a Rusia, y que la gente que quiera admirar a Europa vaya a Europa, que Ucrania siga el camino de Checoslovaquia y se conviertan en dos países pacíficos, prósperos y habitables.