SDE: Criticidad Vs Bullicio Electoral

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POR JUAN CRUZ TRIFFOLIO

Ahora cuando nos abocamos a participar en la escogencia de las nuevas autoridades municipales, sobre todo en el municipio  Santo Domingo Este, urge no volver a ser víctimas de la manipulación, la pasión y la algarabía que, generalmente, acompaña a este tipo de proceso a fin de evitar caer en más de lo mismo.

La población votante está llamada a elevar su nivel de criticidad en base a una reflexión serena y profunda que permita el derecho a elegir un gerente municipal y un cuerpo de concejales que verdaderamente garantice una visión y accionar desde el Ayuntamiento de Santo Domingo Este coherente y eficiente con el marco aspiracional de los residentes en la referida demarcación territorial.

Se aproxima el momento para de una vez y por siempre, asumiendo el compromiso ciudadano que corresponde, impedir que el aparente manto del maleficio siga arropándonos, logremos seleccionar autoridades locales verdaderamente comprometidas con el cumplimiento de sus responsabilidades en lo concerniente a los diversos servicios municipales básicos para la sana convivencia y el ordenamiento urbano imprescindible.

Es un deber patrio, ineludible, que ha de ser asumido al margen del fanatismo y la bullanguería propia de  cada cuatro años, promovido por organizaciones políticas y candidatos chaqueteros especializados en ofertar utopías sobre la base del engaño,

Ya es hora de que los esforzados pobladores del principal municipio del país, quienes juntos a algunos de los dinámicos miembros del empresariado, han dado muestras más que suficientes de su identificación y protagonismo en el impulso del desarrollo sostenible de Santo Domingo Este, obstaculicen con dignidad, ante las urnas electorales, que candidatos sin escrúpulos, sin visión y coherencia gerencial, sigan malogrando los derechos de ciudadanos  abrigados de nobleza, ejemplos de laboriosidad y dignidad.

Urge hacer frente a la manipuladora pantomima encarnada por tratantes mercaderes de la política que se nos presentan como tiernas ovejas y que en el fondo, por su vergonzante comportamiento, terminan transformándose artífices de la vileza y la falsedad.

Ya es tiempo de impedir que continúe prevaleciendo, tal si fuera una costumbre innata, el reinado engendrado por la oprobiosa simulación a que nos pretenden esclavizar algunos inescrupulosos y fulleros envueltos en el quehacer de la politiquería local.

Los moradores en Santo Domingo Este, a quienes a pesar del tiempo discurrido de anunciarse el nacimiento de su municipio, permanecemos carentes de un gentilicio lógico y racional y por tanto, subsistiendo alejados de una verdadera identidad, merecemos convivir en una realidad urbana diferente a una ciudad dormitorio como real y efectivamente acontece.

Requerimos vivir a plenitud, transformando la retórica manila y electoralista, en un espacio verdaderamente sano y seguro, alejado de las inmundicias, bajo una normativa urbana que garantice el orden y las prestaciones de los servicios municipales fundamentales sobre la base de una planificación y responsabilidad  constante.

Ya basta de ofrecimientos quiméricos y facundia electorera arropada de falacias y  engaños que, entre otras cosas, no ha permitido que una maravillosa demarcación ubicada en el Oriente del Distrito Nacional, supere la condición de un viejo y abandonado batey.

Santo Domingo Este es digno de mejor destino y por tanto, con el compromiso y el ejemplo de sus mejores hijos está llamado a transformarse, positivamente, a partir de la contienda eleccionaria venidera.

Empecemos a reflexionar al margen de las pasiones, abrazados con la criticidad que exige el momento, procediendo a escoger con sensatez y madurez ante las propuestas presentadas, evitando caer en el objetable error de insistir en más de lo mismo.

Nuestro municipio, sinceramente, así se lo merece…