Entre luchas internas y derrotas externas, el PRM y la advertencia de Peña Gómez

0
243

Por Roberto Veras

Hace décadas, el emblemático líder político José Francisco Peña Gómez pronunció una afirmación que resuena hoy más que nunca: «Solo el PRD destruye al PRD». Si bien es cierto que Peña Gómez hacía referencia a su propio partido, hoy podemos aplicar sus palabras al Partido Revolucionario Moderno (PRM), considerado por muchos como una versión renovada del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). 

En estos tiempos turbulentos, observamos cómo los miembros del PRM parecen empeñados en demostrar la vigencia de la advertencia de Peña Gómez. Más que unidos, se enfrentan entre sí, olvidando que el verdadero adversario no se encuentra dentro de sus propias filas, sino en otros partidos políticos que buscan arrebatarles el poder. 

Un ejemplo claro de esta lucha interna se manifiesta en la próxima contienda electoral en la Plaza Municipal de Santo Domingo Este (SDE). Si el PRM llegara a perder esta importante posición, las miradas acusadoras no deberían dirigirse solo a los votantes o al azar político, sino hacia la propia dirigencia del partido. 

Es un hecho que las divisiones internas debilitan cualquier organización, y en el caso del PRM, esta debilidad se traduce en una vulnerabilidad política que puede ser explotada por sus competidores. La dirigencia del partido tiene la responsabilidad de fomentar la unidad y la cohesión interna, en lugar de permitir que las diferencias internas se conviertan en una herramienta para los opositores. 

Resulta paradójico que, al igual que el PRD en su momento, el PRM se enfrente a su propia autodestrucción. Mientras los miembros del partido se enfrascan en disputas internas, el adversario real sigue avanzando sin obstáculos. En lugar de aprender de la historia y fortalecerse en la diversidad de opiniones y perspectivas, el PRM parece repetir los errores del pasado. 

José Francisco Peña Gómez no solo fue un líder político astuto, sino también un visionario que entendía las dinámicas internas que pueden socavar el éxito de un partido. Su advertencia debería resonar como un recordatorio para aquellos que hoy lideran el PRM: la unidad es clave, y las luchas internas solo allanan el camino para las derrotas externas. 

Es hora de que la dirigencia del PRM reflexione sobre sus prioridades y reconozca que el verdadero enemigo no está dentro de sus propias filas, sino más allá de ellas. Solo superando las divisiones internas podrán enfrentar con éxito los desafíos externos y construir un partido político fuerte y resiliente, capaz de representar efectivamente los intereses de la ciudadanía.