Por Roberto Veras
En los últimos años, el municipio de Santo Domingo Este ha sido testigo de una serie de destituciones de funcionarios de SDE por parte del gobierno central. La razón detrás de estas decisiones ha sido la falta de ética en el desempeño de sus funciones, marcando un precedente importante en la lucha contra la corrupción y la mala praxis gubernamental.
Entre los nombres notables que han sido removidos de sus cargos se encuentran: Luz del Alba Jiménez, Adán Peguero, José Sánchez, Katy Báez, Mérido Torres, Porfirio Peralta, Wanda García, Leonardo Faña y Kimberly Taveras. Cada uno de estos altos dirigentes ha sido señalado por irregularidades éticas que han socavado la confianza pública en la administración gubernamental.
La posibilidad de que los altos miembros destituidos del Partido Revolucionario Moderno (PRM) se integren a la campaña electoral del próximo mes de febrero plantea interrogantes intrigantes sobre el rumbo político y las alianzas en Santo Domingo Este. Cada uno de los líderes mencionados previamente desempeñó un papel importante en el gobierno, y su participación podría tener un impacto significativo en la dinámica electoral.
Este movimiento de destituciones plantea preguntas cruciales sobre la integridad y la ética en el servicio público. ¿Cómo es posible que tantos funcionarios de alto rango estén involucrados en comportamientos cuestionables? ¿Es este un problema sistémico o simplemente una serie de incidentes aislados?
El presidente Abinader ha dejado en claro que no tolerará la corrupción y la falta de ética en su gobierno. Sin embargo, la pregunta que surge ahora es si los funcionarios destituidos simplemente se convertirán en «chivos expiatorios» en un esfuerzo por apaciguar la opinión pública.
Si estos exfuncionarios deciden unirse a la campaña, podrían aportar experiencia y conocimiento del terreno político local, así como una base de seguidores consolidada. Sin embargo, la sombra de las destituciones por falta de ética podría convertirse en un desafío para su credibilidad y aceptación por parte de los votantes.
Además, la unión de estos líderes podría consolidar fuerzas dentro del partido y fortalecer su posición en la contienda electoral. Sin embargo, también podría generar divisiones internas y suscitar debates sobre la dirección ética del partido.
El futuro político de Santo Domingo Este dependerá en gran medida de cómo estos eventos se desarrollen en los próximos dos meses. La transparencia, la honestidad y la capacidad de adaptación a las preocupaciones de la ciudadanía serán aspectos cruciales para el éxito electoral.
La ciudadanía merece transparencia y rendición de cuentas. La confianza en las instituciones gubernamentales es esencial para el buen funcionamiento de una democracia. El presidente Abinader tiene la oportunidad de demostrar que su compromiso con la ética y la honestidad no es simplemente retórica, sino una realidad tangible.
En los próximos días después del feriado navideño estaremos atentos a los desarrollos que rodean a Santo Domingo Este y a la verdad que saldrá a la luz después del feriado de los Santos Reyes. La sociedad espera respuestas claras y acciones concretas que fortalezcan la confianza en el gobierno y consoliden la promesa de un liderazgo basado en principios éticos y morales.
