Por Roberto Veras
En el panorama actual, la Dirección Nacional de Investigación (DNI) parece estar enviando señales preocupantes que atentan contra la libertad de prensa y el ejercicio de la comunicación en el país.
El reciente incidente con el camarógrafo de SU MUNDO TV, Aneudy Betances, es una clara muestra de la intolerancia que se está gestando en contra de los profesionales de los medios de comunicación.
El hecho de que le hayan arrebatado la cámara mientras realizaba una toma de imagen en el edificio del DNI es un acto inaceptable que no solo pone en riesgo la integridad de los periodistas, sino que también evidencia una actitud hostil hacia la labor de informar y documentar la realidad. Aunque devolvieron la cámara posteriormente, esta medida de intimidación deja una marca de represión que no puede ser ignorada.
Es fundamental destacar que la libertad de prensa es un pilar fundamental de cualquier sociedad democrática, y cualquier acción que vaya en contra de este principio debe ser condenada. En este sentido, la esperanza recae en la derogación de la ley 1_24 sobre el DNI, la cual parece haber dado pie a estos incidentes lamentables.
La sociedad civil y las organizaciones defensoras de los derechos humanos deben permanecer alerta y exigir que se respeten los derechos fundamentales de los trabajadores de la comunicación.
La derogación de esta ley sería un paso crucial para evitar que se repitan situaciones tan desafortunadas y para garantizar un ambiente propicio para el ejercicio libre y seguro del periodismo en el país.
Es imperativo que la comunidad internacional también esté atenta a estos acontecimientos y se pronuncie en contra de cualquier acto que amenace la libertad de prensa y la democracia. La transparencia y la rendición de cuentas son valores esenciales que deben ser preservados, y cualquier intento de socavarlos debe ser enfrentado con determinación y unidad.