POR JUAN CRUZ TRIFFOLIO
El gigantesco letrero reapareció.
El contenido de la imponente pancarta luce tener otras intenciones.
Quienes transitamos por el resistente puente Juan Bosch estamos compelidos a observarla quizás sin interiorizar sus consecuencias.
En otras ocasiones, la realidad lucía ser similar solo que, teniendo como protagonista, a algún político tras la notoriedad.
Ante el potencial peligro que podría generar a quienes por allí se desplazan en sus vehículos de motor y la falta de una inmediata y eficiente intervención de las autoridades de tránsito competentes, se recuerda que un importante medio de comunicación procedió a lanzar el grito de alarma pertinente.
Transcurrido el tiempo y en aparente contrapelo del político que para entonces se promovía para una alcaldía, se terminó optemperando el atinado llamado periodístico y el cartelón desapareció para la satisfacción y alegría de muchos ciudadanos responsables.
Hoy, nueva vez, como reflejo de una reiterada irresponsabilidad ciudadana, el desagradable cartel aéreo es exhibido con el mayor descaro, importando aparentemente muy poco lo ya expresado y vivido.
Dejemos las horas transcurrir y ojalá más pronto que lo deseado, los patrocinadores de la pancarta en cuestión procedan a su retiro inmediato como forma de resarcir su comportamiento, respeto a ellos mismos y a la sociedad capitaleña, en sentido general.
No es tiempo de resabios ni argumentos absurdos, construyamos con el respeto al medio ambiente, la salud visual y la seguridad ciudadana.
Accionemos pues…
