Por Roberto Veras
SANTO DOMINGO ESTE, RD.- En el corazón de lo que ahora es el bullicioso centro comercial Mega-centro y cerca del sereno balneario Cachón de la Rubia, yace un pasado lleno de secretos y tragedias que se funden con la tierra misma.Era aquí, en la granja del general Mélido Marte, donde los susurros del viento aún llevan ecos de un capítulo oscuro de la historia dominicana.
En aquellos días, durante los años en que el presidente Balaguer ostentaba el poder, esta demarcación no solo era un paisaje pintoresco, sino también un escenario clandestino de injusticias y violencia.
Los habitantes del área recuerdan con pesar cómo muchos jóvenes perdieron sus vidas, víctimas de un sistema de gobierno que sofocaba cualquier disidencia.
La granja del general Mélido Marte, ahora cubierta por los brillantes escaparates de tiendas y los pasillos abarrotados de Mega-centro, fue testigo mudo de los susurros de conspiración y los suspiros de desesperación de aquellos que buscaban un cambio.
Sus campos, una vez fértiles, ahora guardan silencio sobre los horrores que presenciaron, pero la memoria colectiva de aquellos que habitaron estas tierras no se desvanece fácilmente.
Las sombras del pasado se mezclan con el bullicio del presente, recordándonos que, aunque los edificios puedan cambiar y el tiempo pueda borrar algunas huellas, la verdad persiste, esperando ser desenterrada y confrontada.
La granja del general Mélido Marte es más que un pedazo de tierra; es un recordatorio sombrío de los sacrificios hechos en la lucha por la libertad y la justicia, un llamado a la memoria y a la acción para asegurar que tales tragedias no se repitan.