Con la juramentación de 158 alcaldes y 235 directores de distritos municipales, efectuada el 24 de abril, se inicia otra etapa en la vida de tantas comunidades se- dientas de un ejercicio político basado en la transparencia, vocación de servicio y cercanía con los habitantes de estos pueblos.
Los nuevos funcionarios, y los que fueron reelectos, deben comprender que asumen una posición que requiere tener en cuenta varios aspectos:
Lo primero es respetar el trabajo que realizan los empleados que encontrarán, y no cometer el grave error de despedir trabajadores para colocar en su lugar a los simpatizantes del partido ganador.
Con esa actitud lo que hacen es enviar a la calle a personas que aumentarán la legión de desempleados, con una carga emocional y frustratoria, sabiendo que no podrán continuar manteniendo el hogar.
Evitar los actos de corrupción, comenzando por los alcaldes o directores distritales, y poner en ejecución todos los controles administrativos que impidan la malversación de recursos.
Tomar en cuenta el Presupuesto Participativo, respetando y ejecutando las iniciativas de las comunidades, quienes son las que conocen sus necesidades sociales.
Que las alcaldías y distritos municipales no se transformen en una fábrica de botellas, amigos y compañeros cobrando sin trabajar. El clientelismo político se ha convertido en un cáncer para la democracia.
Sugerimos que en cada Sala Capitular estén colocadas estas bienaventuranzas expresadas por el Cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân, quien nos presenta el perfil del político que necesita la sociedad actual, cuando dice:
Bienaventurado el político que tiene un elevado conocimiento y una profunda conciencia de su papel.
Bienaventurado el político cuya persona refleja la credibilidad. Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su pro- pio interés.
Bienaventurado el político que se mantiene fielmente coherente. Bienaventurado el político que realiza la unidad y, haciendo a Jesús punto de apoyo de aquella, la defiende.
Bienaventurado el político que está comprometido en la realización de un cambio radical.
Bienaventurado el político que sabe escuchar.
Señores alcaldes y directores distritales, que al finalizar estas funciones que el pueblo ha puesto en sus manos, dejen huellas de compromiso y servicio en bien de la Patria.