Por Juan Pablo Ortega
La coyuntura electoral en curso, se caracteriza por el monopolio de los llamados grandes partidos y sus candidatos del mercado electoral, a través del uso desmedido de voluminosas sumas de dinero, que convierten dicho proceso en un mercado persa.
A pocos días de concluir la campaña, la mayoría de los postulantes a los diferentes cargos electivos en disputa, carecen de propuestas sobre los principales problemas del país y de la
situación que afecta a la población en sentido general y particularmente a la de menos ingresos, cuyo nivel de vida es bastante difícil, pues el costo de los alimentos y artículos de primera necesidad es cada vez más elevado debido a factores internos y externos.
Los tres que echaron al Pueblo en el pozo, representan los mismo, salvo algunos matices que no hacen ninguna diferencia de fondo en el carácter y naturaleza de cada uno de ellos y los que se han convertido en rémoras de éstos, (Bisagras), convirtiendo la actividad política en un gran negocio, gracias a la práctica clientelar del “dame lo mío” y al infame financiamiento con fondo público que reciben.
En el actual proceso electoral hay algunas opciones alterativas a los antes indicados grandes partidos y sus candidatos, que no reciben el mismo trato por los medios de comunicación tradicionales, (salvo algunas excepciones) y la oligarquía económica del país,
pretendiendo con esa actitud de invisibilizarlos, pero que a pesar de toda esa trama antidemocrática, participan en el actual proceso electoral de manera independiente con candidaturas propias, tanto a nivel presidencial, como congresional, además algunos de ellos presentando propuestas renovadoras diferenciadas del modelo neoliberal imperante.
Si observamos el panorama político-electoral, nos daremos cuenta que mientras los grupos
o partidos tradicionales de la derecha se agrupan en bloques o alianzas electorales, lamentablemente los grupos progresistas concurren de manera separada, cada uno por su lado, debido a que no fue posible lograr un acuerdo unitario que posibilitara conquistar una mayor cantidad de curules a nivel congresional y así construyendo y fortaleciendo una propuesta política independiente, unitaria, popular y progresista de cara al futuro que pueda convertirse en una opción alternativa de poder.
Dejamos esta última reflexión como propuesta, a manera de visualizar un futuro diferente para todas y todos los dominicanos.