NAIROBI.– Kenia registró este martes cortes en la conexión de internet en el marco de las protestas contra un polémico proyecto de ley que contempla subidas de impuestos, en una jornada de movilizaciones sin precedentes en la historia reciente del país, en la que un grupo de manifestantes asaltaron el Parlamento, en un episodio que dejó al menos un muerto por disparos de la Policía.
Según pudo comprobar EFE en Nairobi y confirmó a través de la red social X el portal Netblocks, la conexión a internet en el país experimentó una “gran perturbación” y, aunque no se cortó del todo, se vio muy reducida y ralentizada.
Esta situación cobra especial relevancia en el contexto de unas protestas que han sido impulsadas y organizadas por los jóvenes kenianos a través de redes sociales como Tik Tok, Facebook o Instagram.
La compañía Safaricom, el mayor proveedor de telecomunicaciones en Kenia, alertó en un comunicado a sus clientes de posibles interrupciones en sus servicios después de registrarse una “avería” en dos de los cables submarinos que proporcionan servicios al país.
Sin embargo, EFE no ha podido verificar si esa es realmente la causa detrás del apagón y las autoridades no se han manifestado al respecto.
Un grupo de 27 organizaciones, incluida Amnistía Internacional, ya alertaron este lunes de que “apagar (…) internet, prohibir hashtags (etiquetas repetidas en redes sociales) en la sombra o prohibir a los medios de comunicación informar en vivo sería una grave violación de los derechos humanos fundamentales”.
En este sentido, la emisora de televisión keniana KTN denunció este martes, durante su cobertura en directo de las protestas, haber recibido “amenazas” de ser interrumpida por parte del Gobierno.
Tras horas de protestas y al grito de «¡Ruto debe irse, Ruto debe irse!», en referencia al presidente keniano, William Ruto, los manifestantes, en su mayoría jóvenes, lograron entrar en el Parlamento a través del Senado (Cámara Alta), pese a la dura respuesta de la Policía, que abrió fuego para impedir el asalto.
Lo que empezó como una protesta pacífica de miles de jóvenes contra las subidas de impuestos en la capital keniana y otras ciudades en al menos 29 de los 47 condados del país derivó en una batalla campal entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.
En la invasión del Parlamento, los asaltantes destrozaron mobiliario, ventanas y banderas, mientras acusaban a los políticos de «traidores», después de que 195 diputados votaran de manera preliminar a favor del polémico Proyecto de Ley de Finanzas de 2024, frente a 106 votos en contra, si bien falta la votación final.
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Con esta norma, el Gobierno pretende recaudar 2.700 millones de dólares en impuestos adicionales para reducir el déficit presupuestario y el endeudamiento estatal.
Sin embargo, los manifestantes antigubernamentales sostienen que esas medidas fiscales empujan a la pobreza a la población.
El pasado martes, más de 300 personas fueron detenidas en Nairobi, mientras el jueves hubo al menos 105 arrestos en todo el país y 200 personas fueron heridas en la capital, al tiempo que murieron dos manifestantes a raíz de esas protestas (uno por el supuesto impacto de un bote de gas y otro por un disparo de la Policía).
A diferencia de las protestas antigubernamentales que históricamente ha vivido Kenia, impulsadas por líderes políticos, estas manifestaciones fueron convocadas por jóvenes de la llamada ‘generación Z’ (personas nacidas entre mediados de la década de los noventa del siglo XX y la primera década del siglo XXI) y habían mantenido hasta ahora un tono pacífico.