POR ROBERT VERAS
SANTO DOMINGO ESTE, RD.- En medio de crecientes preocupaciones sobre la situación de los hospitales en nuestro país, surge la necesidad imperante de que el presidente realice una visita sorpresa a estos centros de salud. Solo de esta manera podrá palpar la cruda realidad que enfrentan tanto los profesionales médicos como los pacientes.
El Dr. Antonio Cruz Jiminián, en una reciente declaración televisiva, puso en evidencia una problemática alarmante. Según él, la situación con los haitianos ilegales en República Dominicana es peor de lo que se dice. Citó el caso de un hospital al que acudió: de 60 parturientas, cerca de 50 eran haitianas. Estas mujeres, además, amenazaban y agredían al personal médico, un reflejo de la tensión y el desbordamiento del sistema.
La visita no anunciada del presidente sería un acto de valentía y compromiso. Sin la interferencia de protocolos oficiales ni anuncios previos, el mandatario podría observar de primera mano la saturación de nuestros hospitales. Podría ver cómo el presupuesto médico es consumido en gran parte por los haitianos, dejando a los dominicanos en una situación precaria y de vulnerabilidad.
El testimonio del Dr. Cruz Jiminián no es un caso aislado. Muchos médicos y enfermeras han reportado situaciones similares, donde la capacidad operativa de los hospitales es llevada al límite debido a la alta demanda de atención por parte de ciudadanos haitianos. Esto no solo compromete la calidad del servicio, sino que también genera un clima de tensión y agotamiento entre el personal de salud.
Es imperativo que el presidente vea con sus propios ojos la magnitud del desafío. Esta visita podría ser el catalizador necesario para implementar políticas públicas efectivas que aborden esta problemática con la seriedad que merece. No se trata solo de gestionar recursos, sino de garantizar que todos los dominicanos reciban la atención médica que merecen en condiciones dignas.
La crisis humanitaria que enfrentamos es compleja y requiere un enfoque integral. La presencia masiva de haitianos en nuestros hospitales, en su mayoría en situación migratoria irregular, debe ser gestionada con una combinación de humanidad y firmeza. Solo así podremos asegurar la sostenibilidad y equidad del sistema de salud nacional.
La visita sorpresa del presidente no resolverá todos los problemas de inmediato, pero es un paso crucial hacia la transparencia y la toma de decisiones informadas. Es hora de que se tomen acciones concretas para salvaguardar la salud de nuestra nación y garantizar que los hospitales continúen siendo un refugio de bienestar para todos los dominicanos.