¿Qué es el Día de Todos los Santos y por qué se celebra el 1 de noviembre?

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Hace varios siglos, la Iglesia católica decidió fijar un día para honrar a todos los mártires

Caracas.- El Día de Todos los Santos, que se celebra el 1 de noviembre, tiene su origen en el cristianismo y está destinado a honrar a todos los santos, tanto canonizados como no reconocidos oficialmente. Esta festividad se estableció oficialmente en el año 837 por el Papa Gregorio IV, quien extendió su celebración a toda la Iglesia Católica.

La elección de esta fecha coincide con tradiciones preexistentes, ya que busca reemplazar y suprimir festividades paganas que se realizaban en esa época en diversas culturas, especialmente en la Europa germánica.

La celebración también refleja un profundo respeto por aquellos que han vivido una vida ejemplar en la fe cristiana y ahora están en la presencia de Dios. Es un día para recordar y dar gracias por los modelos de santidad que han intercedido por la humanidad.

Además, en muchas culturas, esta festividad se entrelaza con las tradiciones locales que honran a los difuntos, creando una conmemoración rica y diversa en todo el mundo, como es el caso en México y otros países de Latinoamérica, donde también se celebra el Día de Muertos en las horas siguientes.
 
¿Cuál es el origen del Día de Todos los Santos?
 
Según información recogida por el portal católico ACI Prensa, el origen de la Solemnidad de Todos los Santos se remonta al siglo IV. En esa época, el número de mártires era tan alto que no era posible destinar cada día del año para recordar solo a uno.Por ello, la Iglesia decidió fijar un día en el que se pueda honrar, en forma conjunta, a todos aquellos que alcanzaron la gloria eterna.

«Cuando el 13 de mayo de 610, el Papa Bonifacio IV dedicó el Panteón romano al culto cristiano, consagró el nuevo templo a la Bienaventurada Madre de Dios y a todos los mártires. A partir de entonces, la celebración de Todos los Santos quedó fijada en esa fecha y así permanecería por muchos años», describió ACI Prensa.
 

En el siglo VIII, el papa Gregorio IV cambió la fecha de la celebración al primer día de noviembre. «Es muy probable que la decisión haya respondido al deseo de contrarrestar la fiesta pagana del ‘Samhain’ o año nuevo celta, que se celebraba la noche del 31 de octubre», refirió el portal católico.