Por Danny Pujols
SANTO DOMINGO ESTE, RD.- Desde su llegada a la administración municipal, el alcalde Dio Astacio ha sido objeto de constantes cuestionamientos debido al manejo inadecuado de los recursos públicos. Su gestión, lejos de ser un modelo de transparencia y eficiencia, ha estado marcada por decisiones que generan dudas y malestar en la comunidad.
En sus primeros días, el alcalde declaró una supuesta urgencia que justificó la solicitud de 280 millones de pesos destinados a la solución de problemas relacionados con imbornales, desechos sólidos y seguridad ciudadana.
Sin embargo, hasta la fecha, no ha ofrecido una rendición de cuentas clara sobre el uso de estos fondos. Esta falta de transparencia deja a los ciudadanos preguntándose si realmente se emplearon en beneficio del municipio.
Aprovechando esta declaratoria de urgencia, realizó una compra de contenedores usados para desechos sólidos, sin licitación pública, una acción que va en contra de los principios de contratación estatal.
Estos contenedores, lejos de ser una solución, han contribuido al deterioro de las condiciones sanitarias, emitiendo malos olores que afectan la calidad de vida de los munícipes.
Además, su gestión ha estado plagada de nombramientos en puestos claves que no se corresponden con las competencias o títulos académicos de los designados.
Esta práctica, que parece estar motivada más por intereses políticos que por mérito, limita
la eficacia de la administración pública y erosiona la confianza de los ciudadanos.
Más recientemente, la contratación de una empresa privada para auditar la gestión pasada
por un monto de 13 millones de pesos se suma a la lista de decisiones cuestionables.
Esta labor, que debería recaer en la Cámara de Cuentas o la Contraloría General de la República, representa un gasto innecesario que podría haberse destinado a solucionar problemas urgentes del municipio.
Los ciudadanos de Santo Domingo Este merecen una gestión que priorice la transparencia, la rendición de cuentas y la administración responsable de los recursos públicos.
Es hora de que el alcalde Dio Astacio rectifique el rumbo de su gestión y responda a las inquietudes legítimas de una población que exige resultados reales, no excusas.
