La ausencia de oposición perjudica a la nación

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Por Julio César Espinal
 
SANTO DOMINGO, RD.- El panorama político nacional se encuentra en un estado alarmante de debilidad. Tanto el gobierno central como el local operan sin una verdadera oposición que los fiscalice o les exija rendición de cuentas.
 
En un sistema democrático, la polarización política es necesaria para mantener el equilibrio de poder y garantizar que las decisiones sean en beneficio de la población, no solo de un grupo privilegiado.
 
Sin embargo, la realidad actual es otra: el gobierno actúa solo en la cancha, aprovechando esta soledad para tomar decisiones que priorizan su conveniencia, sin el contrapeso necesario que obligue a una gestión más transparente y equilibrada.
 
El Partido Fuerza del Pueblo, que se proyectaba como un baluarte de oposición, se ha visto atrapado en sus propias luchas internas, donde el enfrentamiento entre el «hijo» y el «padre» ocupa más espacio que cualquier propuesta seria para el país.
 
Esta disputa no solo debilita la percepción del partido como una alternativa real, sino que también lo aleja de su misión principal: ejercer una oposición constructiva que beneficie a la ciudadanía.
 
Mientras tanto, el Partido de la Liberación Dominicana parece estar más concentrado en su reestructuración interna que en enfrentar los desafíos del país.
 
Su enfoque se centra en expulsar a dirigentes que no están alineados con la cúpula, lo que ha llevado a muchos miembros a abandonar la organización por voluntad propia.
 
Este éxodo, sumado a la falta de propuestas políticas concretas, deja al PLD en un estado de incertidumbre que lo hace irrelevante como fuerza opositora.
 
A nivel municipal, la situación no es mejor. Los regidores de los partidos opositores parecen haber olvidado su rol de fiscalizar y ser la voz crítica de la población.
 
En lugar de priorizar el bienestar de los ciudadanos, se enfocan en buscar beneficios personales, dejando en el olvido su responsabilidad de garantizar una gestión municipal eficiente y transparente.
 
Este vacío de oposición tiene un impacto directo en la población. Sin un contrapeso efectivo, las decisiones gubernamentales pueden tornarse arbitrarias y alejadas de las verdaderas necesidades del pueblo. Los ciudadanos quedan desprotegidos, sin una voz que los represente o defienda sus intereses.
 
Es urgente que los partidos políticos recapaciten y retomen su rol esencial en el sistema democrático. La falta de oposición no solo debilita a las instituciones, sino que también afecta el desarrollo del país y la calidad de vida de sus habitantes.