Por Roberto Veras
SANTO DOMINGO, RD.- En el marco del 50 aniversario de 7 Días con el Pueblo, el sociólogo y profesor Juan Miguel Pérez, hijo del fallecido periodista Raúl Pérez Peña (El Bacho), compartió una reflexión que conecta la memoria histórica con los desafíos del presente.
Narró cómo este emblemático evento marcó no solo la historia de la lucha social en República Dominicana, sino también su vida personal, ya que su nacimiento fue consecuencia de la unión matrimonial de sus padres, sellada un año después de aquel momento histórico.
Como panelista invitado, Pérez abordó el tema de la proyección de la memoria y la participación de los artistas y sus canciones como vehículos de lucha social.
Destacó que desde la perspectiva sociológica, estudiar el pasado es fundamental para entender las dinámicas actuales. Pero en este análisis, surge una pregunta inquietante: ¿Dónde están los cantantes de hoy?
Durante 7 Días con el Pueblo, los artistas nacionales e internacionales se convirtieron en la voz de los oprimidos, denunciando las desigualdades y acompañando con sus melodías las luchas de la clase obrera.
Sin embargo, Pérez señaló con pesar que, en la actualidad, esa esencia parece haberse diluido. La música, que antes era un himno para los marginados, ha sido reemplazada por letras que priorizan lo banal.
Hoy, en un contexto donde hay menos presos políticos que en aquellos tiempos, las desigualdades sociales persisten, y las preguntas de Pérez resuenan:
¿Dónde están los cantantes que escriben sobre los sentimientos de los que pertenecen a los más bajos estamentos de la sociedad?
¿Dónde están los artistas que denuncian las dificultades de la clase trabajadora?
La música popular actual parece haber dejado de ser un arma en la lucha por la justicia social. En lugar de cantar sobre desigualdad o esperanza, muchos artistas han optado por contenidos que glorifican superficialidades, como la exaltación de atributos físicos.
En este aniversario, la reflexión de Juan Miguel Pérez invita a cuestionar nuestro compromiso colectivo con la memoria y a preguntarnos cómo reinventar el espíritu de 7 Días con el Pueblo. Más allá de conmemorar, es un llamado a retomar el compromiso social que motivó a aquellos artistas que ofrecieron su arte como instrumento de cambio.
