Por Roberto Veras
SANTO DOMINGO, RD.- Los pueblos de Venezuela y Cuba merecen una mejor suerte, son naciones llenas de historia, cultura y gente trabajadora, pero que han sido sometidas durante décadas a sistemas que han convertido la esperanza en resignación y la abundancia en miseria.
Nosotros, como dominicanos, conocemos el peso de la opresión, nuestra nación vivió bajo la sombra de una dictadura durante más de 30 años. Sin embargo, el espíritu de libertad y la unión del pueblo nos permitieron superar esa oscuridad. Esa experiencia nos llena de esperanza de que los cubanos y venezolanos también puedan encontrar un camino hacia la libertad y la democracia.
Cuba, con más de 60 años bajo un régimen autoritario, sigue atrapada en una realidad que condena a su gente a la más espantosa miseria. Este sistema, perpetuado generación tras generación, no solo ha afectado el bienestar material de los cubanos, sino también su derecho a expresar libremente sus pensamientos y anhelos. Incluso aquellos que han escapado al exilio muchas veces evitan hablar de lo que ocurre en su país, por temor a las garras de un poder que trasciende fronteras.
Por otro lado, Venezuela, un país bendecido por la riqueza de su tierra y el talento de su gente, ha caído en una crisis humanitaria sin precedentes. La falta de acceso a necesidades básicas, como alimentos y medicamentos, ha empujado a millones de venezolanos a huir de su país. Estos migrantes buscan refugio en tierras extranjeras, enfrentando enormes desafíos, pero aferrándose a la esperanza de un futuro mejor.
Las dictaduras, ya sean abiertas o disfrazadas, no son eternas. La historia nos enseña que, aunque el camino sea largo y difícil, los pueblos tienen la capacidad de levantarse y reclamar su derecho a la libertad.
Desde aquí, expresamos nuestra solidaridad con los hermanos cubanos y venezolanos, esperando que pronto puedan dejar atrás estas cadenas que los han sometido por tanto tiempo.
El sueño de la libertad y la justicia es universal. Que nunca falte la voz de quienes claman por un cambio y que el sacrificio de tantos no sea en vano.