Por Roberto Veras
SANTO DOMINGO ESTE, RD.- Desde mi llegada a esta demarcación en plena revolución en el año 1965, he sido testigo de las transformaciones y desafíos que han moldeado a Santo Domingo Este. He residido 25 años en la circunscripción número 2 y 35 años en la número 1, lo que me ha permitido observar de cerca la evolución de nuestro municipio, que ya cumple 24 años desde su fundación.
A lo largo de este tiempo, he sido un crítico constante de las diferentes gestiones municipales. Sin embargo, es fundamental aclarar que nunca he actuado como juez ni abogado. Mis convicciones no me permiten condenar a nadie, pero bajo ninguna circunstancia permitiré que periodistas o miembros de partidos políticos me diga qué debo escribir.
Tengo amigos dentro de las filas del PRM, Fuerza del Pueblo y PLD, y mi compromiso es con la verdad y el bienestar de mi comunidad. Mis críticas a los diferentes alcaldes que han dirigido el municipio siempre han estado acompañadas de soluciones, porque criticar sin proponer alternativas no contribuye al desarrollo de Santo Domingo Este.
Uno de los problemas más persistentes y visibles es el manejo de los desechos sólidos. Pero la solución no se encuentra únicamente en criticar la gestión actual o en cambiar de administradores municipales; se requiere una visión a largo plazo y decisiones estratégicas que garanticen la sostenibilidad del sistema de recolección de basura.
Hasta tanto Santo Domingo Este no tenga un sistema de transferencia eficiente que permita a los camiones continuar operando en la ciudad sin interrupciones, y el municipio no cuente con un espacio propio para el destino final de los desechos sólidos, el problema de la basura persistirá.
Es hora de que nuestro municipio asuma su responsabilidad y tenga su propio relleno sanitario. No podemos seguir dependiendo de otros territorios para verter nuestra basura. La autonomía en la gestión de desechos no solo es una cuestión de eficiencia operativa, sino también de dignidad para los ciudadanos de Santo Domingo Este.
La solución está en nuestras manos, y es responsabilidad de las autoridades municipales actuales y futuras tomar decisiones valientes y visionarias. Mi compromiso es seguir siendo una voz crítica, constructiva y comprometida con el bienestar de nuestra comunidad. No me detendré, porque creo firmemente que podemos construir un Santo Domingo Este más limpio, digno y próspero para todos.
