Por Roberto Veras,
San Lorenzo de Los Mina, RD.- En el corazón de Santo Domingo Este, uno de los sectores más antiguos y emblemáticos de la República Dominicana, se encuentra San Lorenzo de Los Mina, una comunidad que encarna la lucha por la libertad y la preservación de la cultura africana.
Fundada entre 1676 y 1679 por africanos cimarrones, principalmente provenientes de Mina (actual Elmina, Ghana), Los Mina es un testimonio viviente de la resistencia y el legado de sus antepasados.
Nombrada en honor a San Lorenzo, un mártir cristiano del siglo III, esta comunidad emergió como un refugio para esclavos que escapaban de las plantaciones occidentales. Los cimarrones, en su búsqueda de libertad, establecieron una comunidad por orden de gobernador, Francisco Sandoval y Castillo en las cercanías de la fortaleza de Santo Domingo.
La denominación “negros mina” se consolidó a lo largo del tiempo, vinculando a sus habitantes con los esclavos que eran embarcados desde la Costa del Oro. Esta identidad cultural, profundamente arraigada, ha perdurado y se ha fortalecido a lo largo de los siglos.
Hoy, con una población que ronda los 200,000 habitantes, Los Mina no solo es un área residencial, sino que también es parte del municipio más poblado del país: Santo Domingo Este, cabecera de la provincia de Santo Domingo.
Su crecimiento demográfico, junto con su rica historia, le confiere un papel fundamental en la evolución social del país. Los Mina es un símbolo de resistencia, donde la memoria colectiva se entrelaza con la cotidianidad de sus habitantes, formando un pilar esencial en la identidad cultural dominicana.
La comunidad de Los Mina ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo de su historia, pero su espíritu de lucha y solidaridad ha permitido que sus tradiciones y valores perduren.
La música, la danza y la gastronomía son solo algunas de las manifestaciones culturales que reflejan la herencia africana y que se celebran en la comunidad. Eventos y festivales que honran esta rica tradición se llevan a cabo anualmente, promoviendo el orgullo y la cohesión social entre sus habitantes.
El legado de Los Mina también se traduce en la importancia de la educación y la conciencia social. Organizaciones comunitarias trabajan incansablemente para fomentar el desarrollo integral de la población, impulsando programas que abordan la inclusión social, la equidad de género y la defensa de los derechos humanos.
La Iglesia de San Lorenzo de los Negros de Mina.
La Iglesia de San Lorenzo de los Negros de Mina emerge como un testamento de una época marcada por la discriminación y la segregación racial. Su construcción, en la segunda mitad del siglo XVII, no solo representó un acto de devoción religiosa, sino también una respuesta a la necesidad de proporcionar un espacio espiritual para los poblados de esclavos africanos.
La intención detrás de la erección de esta iglesia revela una realidad social ineludible: el racismo arraigado que permeaba la sociedad de la época. El gobernador Francisco Sandoval y Castillo, consciente de la desigualdad y discriminación imperantes, decidió dotar a los esclavos liberados de un lugar de culto propio. Era una medida que buscaba alejar el olor sudoriento de la realidad de los negros libres de la majestuosidad de la catedral, un espacio sagrado donde también encontraban consuelo espiritual.
La ubicación estratégica de la Iglesia de San Lorenzo de los Negros de Mina es reveladora. Al situarse en el mismo sector donde residían los poblados de esclavos, se garantizaba que no tuvieran que cruzar el río Ozama para encontrar un refugio espiritual. Este acto, aunque motivado por la benevolencia aparente, también reflejaba la segregación física y simbólica de la población afrodescendiente.
La construcción de esta iglesia se convierte así en un testimonio tangible de la discriminación racial arraigada en la sociedad de la época. La existencia de un espacio de culto separado para los negros libres subraya la división social y cultural que imperaba, destacando la lucha constante por la igualdad y la justicia.
Hoy, la Iglesia de San Lorenzo de los Negros de Mina perdura como un monumento histórico, no solo de fervor religioso, sino también como un recordatorio de los tiempos en que la intolerancia y el racismo dejaron una marca indeleble en la sociedad dominicana. En un mundo donde la identidad cultural y la historia son a menudo olvidadas, Los Mina se erige como un faro de esperanza y resistencia. Su rica herencia africana, su historia de lucha y su legado continuo inspiran no solo a sus habitantes, sino a toda la nación dominicana.