La prisión, que cerró hace 60 años debido al deterioro de su infraestructura y los altos costos de mantenimiento, “servirá como símbolo de la Ley, el Orden y la JUSTICIA”, declaró Trump en una publicación en Truth Social el domingo. Posteriormente, declaró a la prensa que era “solo una idea” que tuvo mientras los jueces federales presionaban para garantizar que los inmigrantes deportados tuvieran el debido proceso.
Ahora, un importante hito histórico y destino turístico, Alcatraz fue una vez uno de los sitios militares más fuertemente fortificados de la costa oeste antes de transformarse en una penitenciaría federal de renombre, en 1934.
Como una prisión de máxima seguridad rodeada por las fuertes y frías corrientes del Pacífico, Alcatraz tenía la reputación de ser una instalación de “último recurso” donde se enviaba a los más peligrosos y más indisciplinados de otras prisiones. Era prácticamente imposible escapar, a pesar de los numerosos intentos legendarios.
Esto es lo que más se debe saber sobre su colorida historia:
“Prisión de máxima seguridad, privilegios mínimos”
La ubicación estratégica de la isla de Alcatraz, en la entrada de la bahía de San Francisco, la hacía ideal para la defensa.
El Ejército de EE.UU. construyeron una fortaleza allí en la década de 1850 y la equipó con la artillería necesaria para proteger la bahía de una invasión extranjera, en medio del creciente interés de EE.UU. en el Pacífico. También se utilizó para proteger a San Francisco de los asaltantes confederados durante la Guerra Civil. Poco después, se transformó en una prisión militar, y así permaneció hasta el siglo XX.
En 1933, las Fuerzas Armadas de EE.UU. entregaron Alcatraz al Departamento de Justicia, comenzando casi tres décadas de la isla como una prisión federal. Con su ubicación aislada y servicios básicos, “la Roca”, como se llegó a conocer, tenía como objetivo enviar un mensaje a los criminales.
“El Gobierno Federal había decidido abrir una penitenciaría de máxima seguridad y privilegios mínimos para tratar con los prisioneros más incorregibles de las prisiones federales y para mostrar al público respetuoso de la ley que el Gobierno Federal se tomaba en serio detener el crimen rampante de las décadas de 1920 y 1930”, según la Oficina Federal de Prisiones.
Los prisioneros en Alcatraz tenían cuatro derechos: comida, ropa, alojamiento y atención médica; todos los demás privilegios, incluidos las visitas familiares o el acceso a libros, materiales artísticos y música, debían ganarse.
A pesar de su infamia, Alcatraz tenía una población penitenciaria promedio de unos 260 a 275 prisioneros, menos del 1 % de la población total de prisiones federales. La mayoría de los internos de la prisión eran aquellos que se negaban a adaptarse a las reglas de otras cárceles federales o que eran considerados “riesgos de escape”.
Alcatraz registró 14 intentos de escape separados que involucraron a 36 hombres durante sus 29 años como prisión federal. Oficialmente, nadie logró llegar con vida al territorio continental, del otro lado de la isla.
El intento de escape más exitoso –y elaborado– ocurrió en 1962, cuando Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin desaparecieron de sus celdas y nunca más fueron vistos. El escape fue dramatizado en la película de Clint Eastwood, de 1979, Escape from Alcatraz.
La investigación del FBI sobre el escape descubrió un plan “ingenioso” ideado durante varios meses.
Utilizando cucharas y herramientas caseras –incluido un taladro hecho con el motor de una aspiradora–, los prisioneros cavaron a través de los conductos de ventilación detrás de sus celdas, los cuales usaron para establecer un taller improvisado encima de su bloque de celdas.
Crearon cabezas falsas de ellos mismos hechas de yeso, completas con cabello humano real. Los hombres ensamblaron en secreto una balsa improvisada y chalecos salvavidas a partir de más de 50 impermeables robados, utilizando el calor de las tuberías de vapor para sellar los materiales, según encontraron los investigadores.
En la noche de su escape, usaron sus cabezas falsas para engañar a los guardias nocturnos mientras se deslizaban fuera de sus celdas. Luego, gatearon a través de un conducto de ventilación en el techo de la prisión que previamente habían abierto y dejado temporalmente asegurado con un tornillo hecho de jabón.
Se cree que el grupo nunca llegó a tierra y desapareció en las frías aguas de la bahía de San Francisco. El FBI concluyó que probablemente se ahogaron, pero nunca se recuperaron los cuerpos.
Avistamientos ocasionales y pistas han mantenido el caso abierto durante décadas.
El “Hombre Pájaro de Alcatraz”
Uno de los prisioneros más conocidos de Alcatraz fue Robert Stroud, apodado el Hombre Pájaro de Alcatraz debido a su posterior interés en la ornitología, el estudio de los pájaros.
Originalmente encarcelado por homicidio involuntario en 1909, Stroud luego mató a un guardia de prisión y fue condenado a cadena perpetua en confinamiento solitario en la Penitenciaría de Leavenworth, en Kansas.
Mientras estaba en prisión, Stroud comenzó a criar canarios e hizo investigaciones sobre aves, publicando más tarde libros respetados sobre enfermedades de los pájaros. Aunque se le permitió llevar a cabo sus estudios en su celda, las autoridades penitenciarias descubrieron que el equipo que Stroud había solicitado para sus experimentos se utilizó para construir un alambique para “cerveza casera”, según el sitio web de la Oficina Federal de Prisiones.
Stroud fue trasladado a Alcatraz en 1942, donde no se le permitió mantener aves. Salió de Alcatraz hacia otro establecimiento en 1959 y murió cuatro años después.
Altos costos y condiciones deterioradas obligaron a cerrar la prisión
Cuando la prisión de Alcatraz cerró, las paredes de sus edificios estaban corroídas por el aire salino del mar. Las autoridades estimaron que tomaría entre US$ 3 millones y US$ 5 millones restaurar y mantener las instalaciones, excluyendo los costos operativos diarios.
“Alcatraz era casi tres veces más caro de operar que cualquier otra prisión federal”, según el sitio web de la Oficina Federal de Prisiones.
Después de su cierre, la isla permaneció mayormente sin usar hasta 1969, cuando un grupo de activistas nativos estadounidenses la ocupó durante 19 meses en protesta, reclamando la isla bajo el Tratado de Fort Laramie.
Hoy en día, Alcatraz es operada por el Servicio de Parques Nacionales como un destino turístico, recibiendo aproximadamente 1,2 millones de visitantes al año.
Fue designada como un Monumento Histórico Nacional en 1986, pero tal designación “puede ser retirada a solicitud del propietario o por iniciativa del secretario del Interior”, según el Servicio de Parques Nacionales.
Existen ciertas condiciones que hacen que un monumento sea elegible para perder su designación, como dejar de “cumplir con los criterios para la designación; las cualidades por las que fue originalmente designado se han perdido o destruido”.
CNN ha contactado al Departamento del Interior, al Servicio de Parques Nacionales y a la Oficina de Prisiones para obtener comentarios.
La expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, una demócrata de California cuyo distrito incluye a Alcatraz, se opuso a la propuesta del presidente, calificándola de “no seria”.
“Alcatraz cerró como penitenciaría federal hace más de sesenta años. Ahora es un parque nacional muy popular y una gran atracción turística. La propuesta del presidente no es seria”, escribió la congresista el domingo en X.