Este año se conmemoran 185 años del nacimiento del excepcional músico
POR LAURA ORTEGA GAMEZ – Granma.cu
Muchos fueron los intérpretes y compositores que durante siglos engalanaron y dieron paso a un imperio ruso de extensa cultura musical. Sin embargo, no fue hasta la segunda mitad del siglo XIX que el resto del mundo fue testigo del despliegue artístico que se había logrado en aquella Rusia invadida por el Romanticismo. El responsable, un joven de 30 años nacido en mayo de 1840, en Vótkinsk, conocido como Chaikovski, el primer ruso que pondría su nombre junto a los más grandes del pentagrama internacional.
A los cinco años, el niño Piotr Ilich Chaikovski comenzó sus estudios de piano inspirado por un ambiente familiar siempre fiel a los artistas locales, quienes incluso visitaban asiduamente la casa, para organizar conciertos y reuniones. Una institutriz fue la encargada de enseñarle las primeras notas musicales a Chaikovski, y solo tres años después se dice que ya había logrado superar a su maestra en varios aspectos técnicos.
A pesar de su estrecha relación con la música desde pequeño, no fue este el camino profesional primero. Graduado como jurista, y presionado por su padre, comenzó a trabajar de asistente subalterno en el Ministerio de Justicia.
Luego de inaugurado el Conservatorio de San Petersburgo, primera institución dedicada a la formación de músicos en el país, el joven Chaikovski vio finalmente una oportunidad. Matriculó, y su convicción lo llevó a graduarse como alumno ejemplar; incluso sobrepasó en varias ocasiones a sus tutores.
Veintinueve años tenía cuando su primera obra importante, Romeo y Julieta, estableció su fama en países como Estados Unidos y Francia. A partir de ese momento, le seguirían otras que marcaron un antes y un después en la historia del arte universal como El lago de los cisnes, El cascanueces y La bella durmiente, composiciones que hoy día siguen interpretándose alrededor del mundo, mediante la belleza del ballet, un arte al que siempre estuvo muy vinculada su música.
Tormentosa fue su vida. La muerte de su madre, cuando solo tenía 14 años, había sido el detonante de una personalidad oscura y depresiva que se agudizó con el paso de los años, debido a su homosexualidad, altamente reprimida y repudiada por sus contemporáneos; lo cual lo llevaría a intentar quitarse la vida entre las heladas aguas del río Moscova, sin lograrlo.
El 6 de noviembre de 1893 falleció en San Petersburgo, a los 53 años. Opiniones divididas rondan su muerte. Algunos biógrafos indican que se trató de un suicidio, otros alegan que fue producto del cólera. Lo cierto es que partió dejando un repertorio inmenso y un legado inigualable. Mediante la música, demostró el talento que latía en la tradición cultural de su pueblo.