Najayo, San Cristóbal, RD.- Como parte de un sostenido compromiso con la rehabilitación y reinserción social de las personas privadas de libertad, el magistrado Rafael Báez realizó el pasado lunes una significativa visita al Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres XVII, donde hizo entrega de 10 computadoras destinadas a fortalecer los programas de educación a distancia y formación universitaria semipresencial que se desarrollan dentro del recinto.
La iniciativa tiene como propósito doble fortalecer el proceso de rehabilitación de los internos y, al mismo tiempo, brindarles herramientas concretas para alcanzar una carrera profesional, facilitando así su desarrollo personal, académico y social.
El magistrado Báez estuvo acompañado del señor Valerio de León, presidente de la Sociedad General de Autores, Compositores y Editores Dominicanos de Música (SGACEDOM), así como de representantes de la Sociedad Dominicana de Artistas Intérpretes y Ejecutantes (SODAIE): los artistas Silvio Mora, Mariano Aljadaki y Pakolé, quienes se unieron a la causa como parte de un esfuerzo conjunto entre el sector justicia y la comunidad artística nacional.
Durante el acto de entrega, el magistrado Rafael Báez expresó su agradecimiento a la magistrada Miolanry Herasme, Jueza de la Ejecución de la Pena de San Cristóbal; al Coronel Roberto Hernández Basilio, Director General de Servicios Penitenciarios y Correccionales; así como a las autoridades del centro y al personal docente del recinto por la cálida recepción y el apoyo brindado para el desarrollo de este tipo de iniciativas.
“Gracias especiales a mi hermano Pochy Familia, por ser el hilo conductor que hace posible estas actividades, así como a Valerio de León y a todos los artistas que representan estas sociedades, por su valioso aporte a la educación y rehabilitación de las personas privadas de libertad”, destacó Báez.
Una labor sostenida por más de una década
Esta acción forma parte de una labor altruista y comprometida que los magistrados Báez ha desarrollado durante más de 10 años, con la firme convicción de que la educación y el acceso a oportunidades reales son pilares fundamentales para la verdadera reinserción social.
“Buscamos que cada persona privada de libertad tenga la oportunidad de transformar su vida y la de su familia, demostrando que es posible reinsertarse con dignidad en la sociedad, habiendo cambiado su conducta y mostrando respeto por la ley”, resaltó el magistrado.
Este tipo de iniciativas refuerza el rol del sistema judicial no solo como ente sancionador, sino también como agente de transformación y justicia social, promoviendo una visión más humana y eficaz de la función penitenciaria en la República Dominicana.