Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ El congresista dominicano Adriano Espaillat, representante del distrito 13 en la Cámara de Representantes, lanzó ayer martes en la tarde el Manifiesto de Harlem, una propuesta con 10 puntos que buscará poner fin a la brutalidad policial, detener el racismo, lograr justicia y un llamado a la sanación.
Espaillat, quien estuvo acompañado por el concejal Mark Levine del distrito 7 en el Alto Manhattan, la asambleísta estatal Carmen de la Rosa del distrito 72 en el mismo vecindario y otros legisladores, hizo el lanzamiento del manifiesto durante una conferencia de prensa con medios locales, frente al edificio estatal de la calle 125 en Harlem, donde opera su oficina principal de Nueva York.
“Nuestra nación ha sido testigo de una horrible semana de eventos que ha dejado a las comunidades en duelo. Después de más de 400 años de opresión en los Estados Unidos, los hombres negros continúan siendo atacados, las familias latinas continúan separadas y todas las personas de color continúan siendo marginadas”, dijo Espaillat.
“Más de 100,000 personas murieron durante una pandemia que continúa causando estragos en las comunidades de color en proporciones mucho mayores. Es tiempo de tomar acción y el esfuerzo de cada uno de nosotros, juntos y unidos, para garantizar que el cambio que vemos en todo el país sea diferente. Tiene que haber una resolución y una curación urgentes porque no podemos darnos el lujo de que todo vuelva a ser igual ante tales desafíos”, añadió el congresista.
“Estoy presentando el Manifiesto de Harlem, un plan de 10 puntos y una serie de propuestas legislativas para exigir el fin de la brutalidad policial y el ataque contra los afroamericanos y latinos en mi distrito y comunidades en todo el país, e insto a mis colegas del Congreso a unirse en este esfuerzo para demandar una acción inmediata y una reforma para ayudar a sanar a nuestra nación», expuso.
El manifiesto plantea una seria de sugerencias a los legisladores de toda la nación, entre estos restringir el uso excesivo de la fuerza de los policías.
EL MANIFIESTO DE HARLEM
- RESTRINGIR EL USO EXCESIVO DE LA FUERZA POR LAS AUTORIDADES POLICIALES
En primer lugar, debemos cambiar las leyes que rigen la aplicación de la ley y la capacidad y tendencia de los agentes de policía de usar la fuerza sin consecuencias. Desde Eric Garner hasta George Floyd y muchos más, debemos poner fin a los asesinatos que comete la policía en supuestos intentos de someter a alguien que se resiste al arresto. Resistirse a morir no es resistir al arresto. La Ley Eric Garner de Prevención de Uso Excesivo de la Fuerza prohibiría a cualquier agente de policía sofocar a un individuo de cualquier manera y lo convertiría en un delito punible. La Ley PAZ aumentaría los requisitos del uso de la fuerza para los oficiales federales a fin de garantizar que la fuerza solo pueda usarse como un verdadero último recurso. Yo apoyo firmemente ambas propuestas y deben ser consideradas en el Congreso. Además, introduciré una legislación que garantice que los agentes de policía puedan ser penalmente responsables de privar a alguien de su vida, libertad y búsqueda de la felicidad en este país al exigir que se procese y castigue el abuso policial deliberado o imprudente.
- DESMILITARIZAR LOS DEPARTAMENTOS DE POLICÍA
Las agencias de aplicación de la ley deben existir para proteger a las comunidades a las que sirven, no para enfrentarse a ellas. No es necesario que la policía tenga armas o equipos de grado militar, y hemos visto cómo su uso solo aumenta la tensión y aviva la violencia. La Ley para Detener la Militarización de las Agencias de Aplicación de la Ley, una medida que apoyo firmemente, prohibiría que el Departamento de Defensa transfiera armas militares a las agencias estatales y locales de aplicación de la ley. Hay muchas formas en que el gobierno federal puede ayudar a la policía estatal y local, pero militarizarlas no es una de ellas.
- PROVEER TRANSPARENCIA
Transparencia significa estándares y rendición de cuenta. Todos los organismos encargados de hacer cumplir la ley deben ser abiertos con sus comunidades y deben apreciar la transparencia. La Ley CÁMARA de la Policía (Police CAMERA Act) requeriría que todos los agentes de la ley usen cámaras corporales y prohíbe la incautación de teléfonos celulares u otros dispositivos de grabación utilizados para documentar las interacciones policiales sin el consentimiento o la orden de una persona. La Ley de Integridad y Confianza de las Fuerzas del Orden (Law Enforcement Trust and Integrity Act) crearía estándares de acreditación para garantizar el cumplimiento de las prácticas aprobadas y la transparencia dentro de la comunidad. Además, debemos seguir presionando para que se publique data detallada sobre las interacciones policiales para que sepamos dónde y cómo abordar mejor los problemas.
- PROMOVER LA REDUCCIÓN DE LAS TENSIONES Y LA CREACIÓN DE CONCIENCIA ENTRE LOS AGENTES
La vigilancia policial debe transformarse completamente de modo que se aparte de las tácticas duras y el uso de la fuerza. Deberíamos invertir en servicios sociales, apoyo en salud mental y capacitación para asegurar que la policía y los servicios asociados puedan ayudar mejor a las comunidades a las que sirven. La Ley de Entrenamiento Policial y Revisión Independiente requeriría que todos los inscritos en la academia de la agencia de aplicación de la ley reciban una capacitación exhaustiva, que incluya ética, prejuicios raciales, diversidad cultural e interacción policial con discapacitados, enfermos mentales y nuevos inmigrantes. También requeriría investigaciones y enjuiciamientos independientes por el uso de fuerza letal. La Ley de Prevención de Tragedias entre la Policía y las Comunidades requeriría que los organismos encargados de hacer cumplir la ley capaciten a los oficiales en técnicas de reducción de tensiones y exijan la priorización de dichas técnicas sobre el uso de la fuerza. El incumplimiento llevaría a una reducción en los fondos federales. Si no invertimos en capacitar a nuevos oficiales para que actúen de la manera que consideramos apropiada, no podremos poner fin a la brutalidad policial.
- ESTABLECER UN DIÁLOGO CONTINUO Y RELACIONES PROFUNDAS ENTRE LA AGENCIA DE APLICACIÓN DE LA LEY Y LAS COMUNIDADES A LAS QUE SIRVEN
La policía debe ser parte de las comunidades a las que sirve y trabajar de la mano con la comunidad para promover la paz y la seguridad. Los agentes deberían ser y vivir en las comunidades que ayudan a proteger. Las agencias de aplicación de la ley deben procurar aportaciones, comentarios, sugerencias y críticas constructivas de las comunidades a las que sirven, y los miembros de la comunidad deben ser conocidos y escuchados por aquellos cuyo trabajo es protegerlos. Si bien muchos departamentos y recintos tienen agentes de asuntos comunitarios y trabajan con líderes de la comunidad, sus superiores deben alentar a los oficiales superiores a conocer a los miembros de la comunidad local y participar en eventos comunitarios.
- ELIMINAR LAS DESIGUALDADES EN LA APLICACIÓN DE LA LEY
La historia de la aplicación de la ley está intrínsecamente ligada a la historia de la esclavitud y el racismo en Estados Unidos. El perfil racial que emplea la policía se basa en esta historia y debe terminarse para que todos sean verdaderamente iguales ante la ley. La Ley para Ponerle Fin al Perfil Racial prohibiría el uso del perfil racial y permitiría a las personas llevar a la policía a la corte por tales actos. La capacitación sobre el uso del perfil racial y la recopilación de datos a nivel nacional permitiría estudiar y comprender mejor el uso y los impactos del perfil. Además, el proyecto de ley financiaría el desarrollo e implementación de las mejores prácticas policiales que desalientan la elaboración de perfiles. También debemos asegurarnos de que las nuevas tecnologías, como el reconocimiento facial, no perpetúen el prejuicio racial intrínseco antes de que sean implementadas por la policía.
- ELIMINAR LOS INCENTIVOS-BENEFICIOS PARA PATRULLAJE Y ENCARCELAMIENTO
Debemos dejar de financiar a la policía y las cárceles que crean incentivos para encerrar a las personas. La Ley La Justicia No Está En Venta pondría fin a las prisiones, cárceles y centros de detención de gestión privada, y también debemos poner fin al uso de contratistas privados encargados de hacer cumplir la ley local. El sistema de justicia no es un negocio, es un pilar de nuestra sociedad democrática y debe permanecer libre incluso de la percepción de motivos ocultos.
- FIN DEL ENCARCELAMIENTO MASIVO Y PASO A LA TRANSICIÓN HACIA LA JUSTICIA RESTAURADORA
La brutalidad policial es solo una parte de un sistema injusto. El encarcelamiento masivo, la criminalización excesiva y el castigo inhumano son inherentes al sistema legal y deben cambiarse. Una transformación hacia la justicia restauradora, un enfoque en la rehabilitación en lugar del castigo, y el fin de las prácticas anticuadas son necesarios para transformar la sociedad estadounidense. Introduje la Ley Federal de Abolición de la Pena de Muerte para poner fin a esta práctica desmesurada que afecta desproporcionadamente a las personas de color. También introduje una legislación para poner fin al uso excesivo de la reclusión en régimen de aislamiento, que se ha demostrado tortuoso e inhumano para aquellos que están innecesariamente sujetos a un aislamiento prolongado. También debemos seguir políticas que pongan fin a los mínimos obligatorios, despenalizar los delitos de drogas de bajo nivel que desproporcionadamente ponen a las personas de color tras las rejas y crear justicia para las personas oprimidas equivocadamente por la guerra contra las drogas. Finalmente, debemos invertir en aquellos que reingresan a la sociedad después del encarcelamiento. Eso significa que tenemos que asegurarnos de que existan los sistemas y servicios de una red de seguridad adecuados para ayudar a los ex prisioneros a encontrar una vivienda estable, trabajo y atención de salud física y mental para que estén en el camino del éxito.
- RECONOCIMIENTO Y RENDICIÓN DE CUENTA POR INJUSTICAS PASADAS
Los sistemas de opresión en Estados Unidos están profundamente arraigados en nuestra historia de esclavitud y racismo. Debemos trabajar para comprender cómo el legado de opresión de los Estados Unidos continúa afectando a las comunidades minoritarias en la actualidad y qué acciones contra el racismo podemos tomar para corregir estos errores. La Ley de la Comisión para Estudiar y Desarrollar Propuestas de Reparación para Afroamericanos, que recibió una audiencia histórica en la Cámara de Representantes en 2019, y la Resolución de Verdad, Curación Racial y Transformación establecerían comisiones para llevar a cabo un estudio exhaustivo sobre la esclavitud, la segregación y el racismo y recomendar políticas para remediar los errores históricos de Estados Unidos contra su propia gente, incluidas las reparaciones. La Resolución de Garantía de Justicia del Pueblo establece que Estados Unidos tiene la obligación moral de cumplir con su promesa fundamental de garantizar la justicia para todos y que debe haber un proceso dirigido por personas para reformar nuestro sistema legal. Debemos llegar a un acuerdo con nuestro pasado y forjar un camino a seguir para una sociedad construida sobre la verdadera reconciliación.
- UNA TRANSICIÓN QUE SE APARTE DEL PRIMER MODELO DE VIGILANCIA POLICIAL
Las mejores políticas contra el crimen son las políticas contra la pobreza. Al invertir en nuestras comunidades, podemos dirigir los recursos correctos a las situaciones que los merezcan. Hemos visto una y otra vez que una respuesta policial a menudo no es lo que una situación requiere o que una comunidad necesita, y eso a menudo conduce a resultados innecesariamente violentos. La reforma estructural a largo plazo es necesaria para cambiar la forma en que nuestras comunidades interactúan, se cuidan entre sí y responden a los problemas. Invertir en servicios sociales, enviar trabajadores sociales cuando una llamada al 9-1-1 implica una emergencia de salud mental, invertir en mejoras comunitarias y relaciones policiales con servicios comunitarios y redes de apoyo. Hay muchas maneras en que podemos repensar y remodelar lo que las fuerzas del orden pueden y deben ser.