WASHINGTON.- La administración del presidente Donald Trump planea prohibir a las aerolíneas de pasajeros chinas que vuelen a Estados Unidos a partir de mediados de junio, una forma de presionar a Beijing para que permita que los transportistas aéreos estadounidenses reanuden los vuelos, dijeron a Reuters tres funcionarios estadounidenses y de aerolíneas informados sobre el asunto.
La medida, que se anunciará el miércoles, penaliza a China luego de que Beijing no cumpliera con un acuerdo existente sobre vuelos entre las dos economías más grandes del mundo. Las relaciones entre los dos países también se han deteriorado en los últimos meses en medio de las crecientes tensiones entorno a la pandemia de coronavirus.
Se espera que las restricciones entren en vigencia el 16 de junio, pero Trump podría adelantar la fecha, dijeron las personas informadas sobre el asunto, hablando bajo condición de anonimato. Delta Air Lines (DAL.N) y United Airlines (UAL.O) han solicitado reanudar los vuelos a China este mes, a pesar de que las aerolíneas chinas han continuado los vuelos estadounidenses durante la pandemia.
La orden se aplica a Air China, China Eastern Airlines, China Southern Airlines y Hainan Airlines, dijeron las fuentes.
La Casa Blanca y el Departamento de Transporte se negaron a comentar sobre el asunto. La embajada china en Washington no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
El 22 de mayo, la administración de Trump acusó al gobierno chino de hacer imposible que las aerolíneas estadounidenses reanuden el servicio a China y ordenó a cuatro aerolíneas chinas que presenten sus horarios de vuelo con el gobierno estadounidense.
La administración también está tomando medidas enérgicas contra los vuelos chárter de aerolíneas chinas de pasajeros y advertirá a los transportistas que no esperen aprobaciones. Los funcionarios de la administración han sugerido que se hayan utilizado vuelos charter para eludir los límites del gobierno chino en los vuelos.
El 31 de enero, el gobierno de Estados Unidos prohibió la entrada a la mayoría de los ciudadanos no estadounidenses que habían estado en China en los últimos 14 días debido a la crisis del coronavirus, pero no impuso ninguna restricción a los vuelos chinos.
Las principales aerolíneas estadounidenses decidieron voluntariamente detener todos los vuelos de pasajeros a China en febrero.