POR RAQUEL DEMORIZI
Oímos decir: “Estás gastando el tiempo, disfruta, goza, vive la vida”, pero ¿qué es disfrutar la vida? Si hiciéramos una encuesta es probable que encontremos varias respuestas, pero seguro es que para disfrutarla depende de la visión que cada quien tenga de ello. Estamos tan expuestos al afán cotidiano, rigurosidad y limitaciones, que olvidamos que la vida se vive disfrutándola, de igual forma que disfrutamos un manjar.
Escasea la excitación de paladearla; no obstante, la amamos y no queremos perderla. Nos censuran por la forma de vivirla, de ocupar el tiempo o de divertirnos. Ocupar el tiempo causa un movimiento con idea de llenarlo con cualquier elemento. Divertirse, por otro lado, puede ser una huida a lo habitual, dependerá de lo que para ti o para mí signifique diversión. El silencio o sentir el ruido, dormir, correr, leer, cantar, pintar, nadar, podría ser una forma de gozar la vida.
Estar vivo es excelente motivo para disfrutar la vida. Si hemos de vivir deseando lo que no tenemos, no viviremos. Para gozarla comienza buscando el sentido a tu vida. Seamos como las flores que brindan su perfume sin esperar nada a cambio. ¡Cuán hermosas son las flores! Las aves siempre alegres, las estaciones del año, la presencia de nuestro Creador en todo.
Disfrutar es percibir con los sentidos lo mucho o poco que cada día brinda a pesar de las circunstancias, y además sentirse satisfecho por ello. Es un fluir de adentro hacia fuera y a la ves de afuera hacia dentro. Disfrutar la vida se conecta con todo nuestro ser, posibilitando que quienes nos rodean también la disfruten.
Examínate y busca lo que está quitando el gozo a tu vida: ¿Con qué cara te levantaste? ¿Agradeces o maldices por lo que hoy posees? ¿Te sientes entusiasmado o amargado? ¿Abrazaste a tu familia o le diste un puntapié? ¿Los demás se alejan de ti por tu mal carácter o te buscan por tu agradable forma de ser? ¿Pides o das? ¿Haces reír o llorar? ¿Eres cooperador o abusador? ¿Unes o divides? Ten presente que lo malo que pueda sucederte no es razón para perder la alegría de vivir, nada dura para siempre.
Resta importancia a lo negativo que la gente piense de ti, nadie es perfecto. Confía en el mañana, todo es posible. Aprovecha lo útil y desecha lo inútil. Agradece a Dios.
Tenemos derecho a una vida digna. Hay cosas imprescindibles, otras no. Examinarnos como ya hemos visto puede ayudar a deleitarnos con todo y con todos.
No olvidemos que la felicidad mayor está en el seno familiar, aprovéchala hoy, no mañana. Finalmente, no esperes disfrutar de la vida con lo material ni con lo inalcanzable, en cada cosa sencilla que te rodea, puedes encontrar gozo y deleite. Depende de ti.