POR RAQUEL DEMORIZI
Se aproxima la fecha en que celebramos el día del padre y el origen de esta celebración surgió en el año 1909, cuando una señora llamada Sonora Smart Dodd, de Washington, lo propuso pues quería homenajear su padre, un veterano de guerra llamado Henry Jackson Smart, quien enviudó cuando su esposa dio a luz su sexto hijo asumiendo sin titubeos la crianza de los niños cumpliendo a la vez ambos roles el de madre y padre.
Esta fecha fue siendo aceptada por varios países, y en nuestro país República Dominicana se celebra el último domingo de julio.
Todos conocemos que en tiempos atrás hablar de que un padre cuidaría su hijo igual que la madre lo considerábamos difícil, pero en la actualidad comprobamos como ese concepto ha ido desvaneciéndose, ya que podemos decir que lo hacen estupendamente.
Vemos a papá desde que conoce la noticia que se ha de convertir en padre acariciar el vientre de su compañera a fin de sentir los movimientos del bebé, acompañándola al médico para mantenerse informado de la evolución del embarazo.
Papá está presente en la labor del parto, comprometido en el proceso brindando apoyo a su pareja. Durante esas horas podríamos decir que también papá está de parto al vivir momentos emocionales y únicos.
Observemos que la mayoría de los padres actuales ayudan en el quehacer del hogar, van de compras al mercado, asisten a las reuniones escolares, llevan sus niños a centros de diversiones, enfocándose en ese papel con alegría, madurez, seriedad y responsabilidad.
Hay padres asumiendo ambos roles por la razón que sea sin la presencia materna lo cual les obliga a estar presentes en todos los aspectos y detalles de la crianza. Cultivando una relación de calidad con los hijos con lo cual logran establecer un vínculo estrecho y penetrar en sus corazones dejando huellas indelebles.
Por tanto, la presencia de papá es importante como el de mamá. Está lleno de ternura y amor a pesar que expresarlo dependerá del afecto recibido en su infancia, pero sobre todas las cosas, ese amor se manifestará ante la presencia de sus pequeños y aun ante la presencia de los hijos adultos ya que el amor es un lenguaje universal que hablamos todos de una forma u otra.
El día del padre es buen momento para apreciar su esfuerzo desinteresado y reconocer sus alegrías y sufrimientos que enfrentan día a día para mantener los hijos firmes y seguros ante la dureza del diario vivir.
Hay un refrán que dice ser padre es la única profesión en la que primero se otorga el título y luego se cursa la carrera. Los hijos podrán dejar de ser hijos, pero un padre nunca deja de ser padre.
Podemos hacer este domingo inolvidable. Celebremos este día con orgullo pues papá nos ha protegido, cuidado y se ha preocupado por dar lo mejor.
Tener Papá es una bendición y eso es suficiente para alzar los brazos al cielo diciendo gracias Dios. Hoy y siempre felicidades PAPA.