Estudiaron cómo las ondas cerebrales de los niños respondían a las interrupciones aleatorias de la película.
Madrid.- El carácter de los niños podría ser la causa de la cantidad de televisión que ven, según una nueva investigación de la Universidad de East Anglia y Birkbeck y la Universidad de Londres (Reino Unido). Los nuevos hallazgos, publicados en la revista ‘Infancy’, muestran que las respuestas del cerebro de los bebés de 10 meses podrían predecir si disfrutarán viendo programas de televisión de ritmo rápido seis meses después.
«Queríamos averiguar por qué los bebés parecen ser tan diferentes en la forma en que buscan una nueva estimulación sensorial visual, como ser atraídos por objetos brillantes, colores brillantes o imágenes en movimiento en la televisión. Ha habido varias teorías para explicar estas diferencias, con algunas que sugieren que los bebés que son menos sensibles buscarán menos estimulación, otras que sugieren que algunos bebés son simplemente más rápidos en el procesamiento de la información, una habilidad que podría llevarlos a buscar nuevos estímulos más frecuentemente», detalla una de las autoras, Teodora Gliga.
En este estudio apoyan una tercera teoría mostrando que la preferencia por la novedad hace que algunos niños busquen una estimulación más variada. Usando un método de imágenes cerebrales conocido como electroencefalografía (EEG), el equipo de investigación estudió la actividad cerebral en 48 bebés de 10 meses mientras veían un clip de 40 segundos de la película de Disney Fantasía en repetición.
Estudiaron cómo las ondas cerebrales de los niños respondían a las interrupciones aleatorias de la película, en forma de un tablero en blanco y negro que parpadeaba repentinamente en la pantalla. «Mientras los bebés miraban el video clip repetido, las respuestas del EEG nos dijeron que aprendieron su contenido. Esperábamos que, a medida que el video se volviera menos novedoso y por lo tanto atrajera menos su atención, empezaran a notar el tablero de damas. Pero algunos de los bebés comenzaron a responder al tablero de ajedrez antes, mientras aún aprendían sobre el video, lo que sugiere que estos niños ya estaban hartos de la información antigua. Por el contrario, otros siguieron viendo el vídeo incluso cuando no había mucho que aprender de él», comenta la investigadora.
También se pidió a los padres y a los cuidadores que rellenaran un cuestionario sobre los comportamientos sensoriales de sus bebés, incluyendo si les gustaba ver programas de televisión de ritmo rápido y colores vivos. A esto le siguió un segundo cuestionario similar seis meses después.
«Fue muy interesante descubrir que las respuestas del cerebro a los 10 meses, que indicaban la rapidez con que los bebés cambiaban su atención del video repetido al tablero de ajedrez, predecían si disfrutarían viendo programas de televisión de ritmo rápido seis meses más tarde. Estos hallazgos son importantes para el debate actual sobre la exposición temprana a la televisión, ya que sugieren que el temperamento de los niños puede impulsar las diferencias en la exposición a la televisión. Es poco probable que nuestros hallazgos se expliquen por la exposición temprana a la televisión, ya que los padres informaron que sólo una pequeña proporción de los niños de diez meses veían programas de televisión», apunta Gliga.