Por Luis Amadís
NEW YORK.- Desde muy pequeño he oído la frase de que el “gobierno no guarda rencor”, quienes las usan, lo hacen con el fin de justificar los actos de corrupción cometidos en cualquier período gubernamental.
La práctica corruptela en República Dominicana se ha convertido en un mal de fondo, no de forma. De ahí que no es raro escuchar a cualquier amigo o familiar de alguien designado en la administración pública el consabido “aprovecha y no salga de ahí en olla y con deudas”.
Del 1966 hasta la fecha han pasado 54 años de cierta democracia, únicamente el ex presidente Jorge Blanco fue sometido a la justicia, acto que Balaguer reconoció luego que fue un sometimiento político (al final se demostró que Jorge Blanco murió en la ruina).
En el año 2012 Danilo Medina se quejo de recibir de Leonel Fernández un maletín repleto de facturas por pagar, sin entrar en más detalles, tal vez, por haber reemplazado a su compañero de partido.
En tiempos presentes todo parece indicar que el nivel de conciencia del pueblo dominicano ha ido in crescendo paulatinamente, la aparición de las redes sociales como plataforma para comunicarse sin permiso ni aprobación de nadie ha sido un factor determinante para el cambio de actitud y exigir justicia.
El presidente Luis Abinader, como quien no quiere la cosa, en su discurso de toma de posesión aseguró investigar todos los casos de corrupción del gobierno pasado.
El CP del PLD, en su reunión del pasado domingo advirtió al gobierno entrante que cesen las denuncias irresponsables, si no hay pruebas que la sustenten. Desde esta tribuna les decimos que no coman ansias, con la designación de la doctora Miriam Germán Brito y Yeni Berenice Reynoso al frente del Ministerio Público, pocas veces se han abrigado tantas esperanzas de que se investigue y se aplique la justicia a todo el que esté involucrado en semejante desfalco al erario público. La justicia tarda, pero su llegada está marcada en la manecilla del reloj.