POR RAQUEL DEMORIZI
Debido al confinamiento que con sobrada razón estamos sometidos, debido a este encierro involuntario pero necesario, debido a la reiterada cuarentena lo cual por obligación ha originado cambios en nuestro diario vivir, en nuestra convivencia dentro del hogar y en el medio que nos rodea son muchas las personas que están siendo afectadas en su estado de ánimo y en su salud física, espiritual y emocional.
Un problema común que en esta situación ha surgido es la ansiedad, temor, angustia, incertidumbre, inseguridad, inquietud a causa del aislamiento social, cuarentena y confinamiento en los hogares.
No es fácil para quienes tienen sobre sus hombros el sustento familiar conseguir lo suficiente para pagar sus compromisos lo cuál se está haciendo insostenible a causa de esta pandemia que afecta a todos por igual y que nos ha sacado de nuestro centro.
A todo esto agregamos inevitablemente, el miedo al contagio a pesar de tomar todas las medidas de protección, así como tener qué enfrentar a los miembros de la familia que no adoptan el protocolo sugerido para protegernos unos a otros, e insisten en ir a las calles y traer vistas al hogar sin querer medir consecuencias ignorando que todos podemos salir contagiados por tal imprudencia.
Finalmente y no por falta de fe en Dios, sentimos miedo a la muerte, ya que hemos visto que el Covid-19 es algo sumamente serio, delicado, contagioso y grave.
Todos estos temores sobreexcitan nuestro sistema nervioso y es que el miedo es una respuesta que activa el cerebro cuando percibe una señal de amenaza.
No obstante el confinamiento ha sido asimilado de diversas formas por las personas, por lo que unos psicológicamente son más afectados que otros.
Pero si queda claro que esta experiencia no ha sido fácil para nadie sobre todo para los que han tenido que convivir a tiempo completo con quienes ejercen maltrato haciéndoles la vida difícil. Ni para quien tiene que soportar todo el dia a alguien quejoso, refunfuñón, que nada le gusta y todo le hiede.
Ya que, si estar encerrado con toda la familia a veces es difícil, imagínense a alguien encerrado viviendo con alguien similar al que acabo de describir.
El estrés y ansiedad durante la cuarentena también ha aumentado debido al cuidado de los hijos a tiempo completo y más aun si tienen adultos mayores que demanden atención personalizada.
En algunas parejas este encierro ha originado ciertas fricciones y es natural cuando estamos tratando de vivir satisfactoriamente de sol a sol con un sin número de preocupaciones.
A todo esto agregamos la nueva modalidad de estudiar en el hogar. Los padres y otros adultos a cargo han tenido que enfrentarse al material escolar y tareas sin el pleno conocimiento de su manejo que los profesores han enviado, complicando de este modo el rol de padres lo cual les acapara todo el tiempo llegando a ser muy agotador.
No quedan fuera los adolescentes conflictivos que no acatan órdenes, violentan las reglas y discuten y pelean con todos en el hogar lo cual incrementa la tensión durante el confinamiento pues muchos adolescentes son bombas de tiempo, por lo que algunos hogares entran en desesperación.
Hay que estar explicando a los niños esta modalidad que no entienden. No entienden porque su vida ha cambiado, porque usar mascarillas y mantener higiene frecuente, porque no pueden estar con sus amiguitos ni jugar con libertad como unos meses atrás. Porque no pueden besar ni abrazar son preguntas que hay que responder de forma clara de acuerdo a las edades.
Un punto que a casi todos afecta es que quien enferma de Covid-19 y es llevado a un centro médico puede correr el riesgo de no volver a casa, de no estar más en contacto con sus familiares, de no volverse a ver, de no despedirse y partir en soledad y luego tampoco llevarlo como merece a su última morada y es deprimente muy doloroso estar en casa sin poder verle solo esperando esa temida llamada con el corazón en las manos que nos diga como está nuestro ser querido.
Escuchar todo el tiempo del fallecimiento de alguien conocido nos afecta así como escuchar todo tipo de noticias referente a lo mismo todo el día, unas reales otras falsas pero que ninguna brinda esperanza, es frustrante.
En caso que usted tenga en sus pensamientos de manera constante la palabra muerte y miedo de tal forma que le produce sufrimiento, falta de aire, angustia, no calle, no quede con ese nudo en la garganta, exteriorice su sentimiento.
Hable con su familiar de confianza, con un amigo, un ministro, con su médico y reciba ayuda. No se deje caer. Ánimo.
No permitas que el miedo te mate antes que la enfermedad.
Dijo Homero, poeta de la antigua Grecia, llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga.