POR RAQUEL DEMORIZI
Nos preocupan esas libras de más que quedaron de regalo después de los días festivos recién pasados durante los cuales hemos ingerido de todo y en abundancia. Aunque algunos dicen un gustazo un trancazo, este gustazo deja un sabor desagradable en el paladar y una imagen poco atractiva ante el espejo.
El sobrepeso es acumulación excesiva y anormal de grasa corporal perjudicial para la salud sobre todo si no le prestamos importancia y continuamos comiendo sin control.
Años atrás estar gorditos significaba que estábamos saludables, pero actualmente tener libras de más es preocupante y es un tema de salud pública pues afecta la estética, belleza, figura y la salud física y emocional de la persona.
Cualquiera puede estar pasado de libras, pero cuando la ropa comienza a quedar estrecha, o cuando esos rollitos a los lados y el vientre abultado comienza a ser un punto de preocupación entendemos que necesitamos cambiar el régimen alimenticio y estilo de vida a pesar que muchos creemos que el sobre peso es un problema estético la verdad es, que es un problema médico pues compromete la salud.
No solo la mujer se preocupa por su figura sino el hombre quiere verse esbelto también ya que las libras en ciertos lugares son bastante molestas y poco atractivas.
El sobre peso afecta la autoestima y por tanto nuestra calidad de vida ya que en el afán de vernos sin esas masitas extras podemos llegar a obsesionarnos llenando nuestra mente de pensamientos negativos.
Las libras han podido adquirirse de varias formas ya sea por haber comido en exceso o como resultado del sedentarismo al que estamos siendo sometidos a causa del confinamiento por el coronavirus que nos produce ansiedad e incita a comer.
También es probable que el sueño debido al estrés esté alterado por la misma situación del confinamiento provocándonos comer a cualquier hora más que nada a media noche.
El sedentarismo y estar sentado horas delante del televisor o computador comiendo de forma automática alimentos no nutritivos, empanadas, bocadillos, frituras, y tomando bebidas sumamente altas en azúcares y peor aún sin tener hambre contribuye al aumento de peso.
Muchas personas no saben lidiar con sus problemas emocionales y para recuperarse de eventos dolorosos, la pérdida de alguien, de las malas noticias, etc., sin darse cuenta buscan refugio y gratificación en la comida. En poco tiempo, esto se transforma en un hábito difícil de cambiar.
Reflexionemos que las sodas son sabrosas pero que tomar agua es lo que calma la sed y el agua no contiene ni azúcar ni calorías. Debemos elegir leche sin grasa pues contiene las mismas proteínas, calcio, vitaminas y otros nutrientes que la leche entera, pero con menos grasa. Cambie el jugo envasado por la fruta, pues las frutas naturales son mejores que los jugos enlatados, y evitar las bebidas deportivas y energéticas es saludable pues la mayoría tiene azúcar y cafeína.
Reflexionemos en que todo lo que nos gusta como es el moro con su mantequita, la carnita de cerdo frita, las pastas son riquísimas pero dañinas para nuestro sistema, lo que más nos gusta comer es lo que debemos evitar para tener salud y larga vida.
Por lo antes visto para enfrentar el control de peso es aconsejable hacer cambios en el estilo de vida, seguir dieta saludable y ejercitarse, pero no intente cambios radicales. Medite sobre esto para auto disciplinarse y reeducarse en este sentido ya que requiere de esfuerzo y voluntad no obstante a pesar de todo se puede.
En caso de tener ansiedad extrema en su lucha por rebajar es favorable buscar ayuda profesional, no tome medicamentos ni ninguna sugerencia de nadie sin orientación médica, mejor consulte un médico nutricionista o un endocrinólogo. Ellos están capacitados para ayudarle a elaborar un plan de acuerdo a su edad, tamaño y salud que incluya una dieta personalizada, balanceada y ejercicios.
Para el manejo del estrés, depresión, ansiedad asociados al aumento de peso puede ayudar un psicólogo u otro profesional de la salud.
Tenga presente que no tendrá éxito mientras usted esté abrumado constantemente con la idea de bajar de peso, relájese y sométase confiado al plan que el profesional de la salud le sugiera.
Hipócrates médico griego nacido en la isla de Cos, Grecia, en el año 460 antes de Cristo dijo lo siguiente lleno de sabiduría, haz que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento.
Traigamos a la memoria el refrán que casi todos conocemos que dice -desayuna como un Rey, almuerza como un Príncipe y cena como un Mendigo-, estudios realizados apoyan este dicho ya que muestran sus beneficios cuando usted decide perder peso.
