Por Raquel Demorizi
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La amabilidad es un acto a través del cual nos mostramos amables, complacientes con los demás, es esencial para relacionarnos e interactuar de manera positiva ya que de una forma u otra estamos obligados a comunicarnos con una diversidad de personas por lo que no veo razón de que nuestros problemas o prisa nos hagan tirar al piso las virtudes que nos diferencian de los demás, entre ellas cito la amabilidad, es arma que doblega al más colérico e irritable.
Hay personas agrias, con rostro duro, que parece andan vengándose las situaciones negativas que les suceden. A nadie debe pesarle ser amable, es gesto de nobleza. Hay que retomar los buenos modales que hacen nuestro convivir grato, tales como “gracias”, “ceder el paso”, “ceder el asiento”, “buenos días”, “hasta mañana”, “Dios te bendiga”, “por favor”, “perdón” “disculpe”, “con permiso”, “con mucho gusto”, etcétera.
A veces saludamos “buenas tardes’’ y nadie responde, originando que cometamos el error de decidir callar convirtiéndonos en sus iguales. Eso no es correcto, los buenos modales no pasan de moda, la cortesía no requiere haber asistido a la mejor escuela, inicia en el hogar. Es código de buena costumbre y valores.
¿Por qué ese rostro odioso? La vida entera es para tratarnos bien, ser afables y complacientes.
Desde mañana diga “buenos días” a sus padres, pareja, vecino, transeúnte, al vendedor ambulante, recogedor de basura, chofer de carro público, policía, a su hijo, a los compañeros de oficina.
Ceda el asiento en el bus a quien esté con paquetes o rostro cansado, le enviará bendiciones y acaso ¿quieres un pago mejor? No es difícil decir gracias a quien te sirve el café, basta con proponértelo.
Estos detalles harán que se sienta tu espacio cargado de una atmósfera de respeto, de paz, y donde hay paz, hay armonía.
Así disfrutaremos de la compañía de quienes nos rodean, no importa el lugar, casa, trabajo, mercado, etcétera. Ser amable es una cualidad, virtud que contagia. Dijo Charles Perrault que con diamantes y dinero mucho se obtiene, pero con dulces palabras aún se obtiene mucho más, Si deseas que te traten bien, entonces haz con los demás como quieres que hagan contigo, trátalos bien y aplica la frase de José Saramago que dice a todos nos gusta ser bien tratados, una buena palabra hace milagros.