Por Raquel Demorizi
Una realidad que debemos aceptar es que la vida es lucha. Desde que nacemos estamos librando una batalla por la sobrevivencia y por no desfallecer bajo el peso de los demás ni de las circunstancias, más aún en esta época donde queremos prevalecer sin importar los medios para esos fines.
En tales momentos notamos que en verdad la vida es lucha y que hay quien utiliza maneras generosas y otras menos generosas de combatir. Por tanto, es oportuno dar un vistazo a nuestro interior para explorar y sacar a flote las posibilidades qué tenemos de salir exitosos en la lucha por la vida. Es necesario revisar el concepto que tenemos de lo que nos rodea, de los hechos, principios y valores para descubrir con honestidad que tenemos y lo que no tenemos.
Para equiparnos con lo necesario y trazar nuestro futuro. es importante llegar al conocimiento que la vida no es tan solo comer y beber y es más que la búsqueda de lo material.
Muchos pasan su vida aspirando a la comodidad, fama, poder, sin vacilar en los recursos que utilizan para obtenerlo, despedazándose así mismos y sin tomar en cuenta a los pobres que pisotean sin cesar, siendo deshonestos, sin tolerancia, sin compasión ¿para qué? para al final comprobar que eso no es vivir ni da felicidad.
Nuestro interés está puesto en el cuerpo y nada en el espíritu, Si tratáramos de entrar a nuestro corazón descubriremos un mundo de cartón, no encontraríamos oro solo hojalata donde se reflejan las luces jactanciosas de nuestra vanidad y ambición.
Nos quejamos de la brevedad de la vida, y es breve porque no hemos sabido administrarla, una parte de ella la hemos pasado haciendo mal y otra parte haciendo nada. Abandonemos esa estéril actitud, cero quejas, cero congojas, encaremos la vida con firmeza, con fe, con valentía, apoyándonos en la nobleza y en la dignidad.
Todos necesitamos algo porque luchar, necesitamos certidumbre, seguridad y fe. aunque suframos algún desengaño, aunque lleguen días malos, y nos abata el temporal, no olvidar que más allá de la violencia del huracán está el sosiego, y más allá de las sombras está la luz, y después de la tormenta llega la calma, después de esta gran lucha por la vida obtendremos paz y victoria.
Entonces finalmente lanzaremos un chillido agudo como el del águila cuando atraviesa una tormenta y se remonta a las alturas.
Que nada nos impida vivir, con esa fe inquebrantable que penetra más allá de los huesos, como dijo la no vidente Elena keller aprendamos a ver con los ojos del alma y corazón.
En este año 2021 que casi termina logremos nuestros más profundos anhelos sin olvidar que hay que dar gratitud al Todopoderoso, a quien a pesar de que muchos no lo reconozcan es quien suple cuanto tenemos sin ser meritorios.
Que sea nuestra fe gigante. Digamos gracias Señor porque en este difícil año hasta aquí nos has ayudado, librándonos de las pestes y de la muerte.