Reflexionando en Voz Alta:
Por Juan Pablo Ortega
A dos años del primer brote detectado del Covid-19 en la ciudad de Wuhan, ubicada en la región central de la República Popular de China, la situación con la pandemia ha continuado complicándose a nivel mundial, dándose el caso de países de Europa que han planteado la posibilidad de volver a tomar medidas similares a las del pasado año 2020, cuando se produjo el cierre masivo de éstos debido a la gran cantidad de contagios y muertes producida por la pandemia y que causó, no sólo el colapso de los sistemas sanitarios en todo el mundo, sino la parálisis de la economía mundial.
En la actualidad la nueva variante del virus denominada ómicron se ha convertido en una seria amenaza para la población del mundo, por su mayor capacidad de contagios que las otras cepas del covid-19, según afirman los organismos de salud, aumentando así la incertidumbre frente al problema de la pandemia, la cual ha provocado alrededor de 280 millones de infectados desde enero de 2020 al presente mes de diciembre, así como más de cinco millones de fallecidos, siendo Estados Unidos el país con mayor número de fallecidos con 819, 315 personas, seguido por Brasil con 616,980 personas fallecidas. En nuestro país el número de infectados supera los 419. 412 y los fallecidossuperan los4,300.
Sin duda alguna, la pandemia del covid-19 ha impactado el mundo desde su aparición, por lo cual los párrafos anteriores son una especie de introducción al tema en cuestión, ya que la referida pandemia ha sido determinante en la vida social, económica y política de quienes habitamos este planeta llamado tierra de diferentes formas y maneras, pues mientras a la gran mayoría de la población no le ha ido bien, hay un reducido grupo al que la crisis sanitaria le ha favorecido en términos económicos más allá de lo que muchos podríamos imaginar.
El año que ya casi concluye ha sido un año difícil para la humanidad en sentido general, puesto que más allá de los efectos de la crisis sanitaria, la economía mundial ha continuado en recesión, los costos de los fletes han encarecidos la materia prima y los productos de consumo masivo, la contaminación del medio ambiente ha continuado degradando recursos naturales tan importantes como los glaciales, la selva amazona, así como ríos, bosques y montañas en todo el mundo. Los conflictos entre las principales potencias siguen amenazando la paz mundial, las agresiones a los pueblos y naciones pequeñas continúan por parte de las naciones poderosas como Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, este ultimo de manera abusiva contra el pueblo palestino.
En nuestra amada Patria, la situación no es distintas a otros pueblos y naciones de América Latina y el Caribe, la explotación de nuestro recursos naturales por empresas multinacionales con la anuencia y complicidad de funcionarios del Estado, sigue siendo una preocupación para aquellos a quienes les duele el futuro de la nación; la corrupción y la impunidad siguen siendo los principales temas de agenda de los medios de comunicación, así como la inseguridad ciudadana, los feminicidios, la implementación de políticas neoliberales por parte del actual gobierno, implementando un proceso de privatización que ha pretendido encubrir con los famosos fideicomiso, además de las llamadas alianzas público-privada, acciones orientadas a favorecer al gran capital en perjuicio del Estado.
El próximo año 2022 plantea al pueblo dominicano y a las fuerzas patrióticas y progresistas grandes tareas, una de ellas es la construcción de un proyectopolítico unitario alternativo a las fuerzas y sectores conservadores y neoliberales, que pueda convertirse en una opción real de poder popular, que haga realidad de una vez y por todas el Proyecto de Nación de Duarte y los Trinitarios.
31 de diciembre de 2021
