Por Dagoberto Tejeda Ortiz
Aunque sea difícil de creer, cuando Colón pasó por Samaná en su primer viaje al “Nuevo Mundo” en 1492, vio flechas, pero no encontró una solo mata de coco, pero tampoco de mango. Ambas la traerían después a la isla y hoy son identidad y patrimonios dominicanos.
El mango es originario del Sur del continente asiático desde tiempos inmemoriales. Desde allí fue trasladado a diversos lugares. Se estima que fue llevado al continente africano en el siglo XVI y posteriormente a Japón. Llegó América con la colonización de Brasil con los portugueses. A México, las primeras plantas fueron sembradas por los españoles, que habían conseguido en las Filipinas y de allí, a diversos lugares de los territorios colonizados.
Es prácticamente inexistentes la documentación de cuando llegó el mango a la isla de Santo Domingo, por donde y quienes realmente lo trajeron. Lo expresado por mucha gente al respecto son especulaciones o por lo menos poco conocidas estas investigaciones si se han realizado. Lo cierto es que llegó, se quedó y trascendió a tal punto que la mayor parte de la gente cree que aquí ha existido el mango desde siempre.
¿En cuales regiones y a cuales poblaciones por vez primera sembraron mangos en dominicana? Eso está por investigarse, hasta donde nosotros sepamos. Independientemente de esto, aunque hay mangos a nivel nacional la mayor cantidad, incluso a nivel de variedad y calidad esta hoy en día en la región Sur del país, donde se distinguen: Baní, San Cristóbal, Azua, San Juan, Barahona y Neyba. Y en ella, el mayor productor de mangos es Baní, la Provincia Peravia. Hace algunos años, de 68,000 tareas sembradas en el país, 40,000 están localizadas en Baní, lo que significa que representa el 70% de la producción nacional.
¿De dónde llegó el mango a Baní? Algunos investigadores sancristobalenses sostienen que llegaron de San Cristóbal aunque no esté registrado documentalmente a cuál de los dos lugares llegó primero. Eso es una tarea para investigar, aunque creo que es secundario, porque el mango banilejo no es igual que el de San Cristóbal y viceversa. Sea por el por el terreno, la cantidad de agua o por el clima, ambos son diferentes en calidad, sabor y variedad. Incluso el mango banilejo ha logrado su identidad y hoy Baní es considerada la “Capital del Mango en el país”.
A propósito de las historias, las especulaciones y las leyendas, en el Oriente cubano, recogí la siguiente versión que tiene que ver con el mango banilejo: “Una familia cubana que residía en Baní, decidió regresar a Santiago de Cuba en un vapor. Una niña se aferró de dos mangos banilejos y los llevaba en sus manitas como una gracia. Al llegar al oriente cubano el padre sembró las dos semillas. De allí nacieron dos matas con un parecido al mango banilejo, en el olor y el sabor, pero con su identidad, es diferente a todos los otros mangos cubanos.
Fueron bautizados como “mangos bizcochuelos” y hoy son orgullo y patrimonio gastronómico de Santiago de Cuba. Les traje unas matas de mango bizcochuelos a don Rafael Perelló, a Chacho Landestoy (Descansen ambos en paz) y a Julia Castillo, la Directora del Centro Cultural Perelló.
El mango se ha convertido en un artículo que va en ascendente proceso de producción y de exportación, pero todavía es muy tímida para las posibilidades del mercado internación. El mayor exportador del mundo es la India, responsable del 52% de la venta en el mundo. En el importante y exigente mercado de Estados Unidos, con relación a la América Latina, el mayor exportador es México, con el 68.08%, Perú con el 9.70%, Ecuador, el 9.36%, Brasil con 7.47%, Guatemala con el 4.64% y Haití, con el 2.53%. Los demás países cubren el espacio que falta, donde estamos incluido nosotros. El mango dominicano, se exporta a diversos países, como Reino Unido, Japón, etc.
En mi casa, tradición que ha seguido mi hermana Clara, en el patio habían dos matas de mango, que eran saqueadas con permiso por los muchachos del barrio. Jugos y conservas no faltaban nunca y de vez en cuando una ensalada y un dulcito de mango. Coger para el conuco de los Oropesas, donde está hoy ubicada la gobernación provincial o la finca de Toñito Ortiz, donde se ubica La Famosa, era nuestros maroteo favoritos. Cuando llegaban los exámenes finales en la escuela, todos los compañeros del barrio íbamos a estudiar al parquecito de la Avenida, a la salida del pueblo, que tenía piscina pública y era atravesada por una rigola, todavía está llena de matas de mangos. Nadie podía tirar una piedra para tumbar un mango. Severo y Daniel, siempre estaban en acecho, ese era su trabajo y al que agarraban los asustaban de que lo meterían preso y que le pondrían una multa de RD$ de 5.75, que en esa época era muy cara. Había que esperar que goteara un mango maduro, poder atraparlo primero en disputa para poder saborearlo.
Conocíamos todas las variedades de esta fruta y donde estaban ubicadas. “Mamellitos”, que es como los banilejos le llamamos a nuestro mango de identidad, que se llena de perfume al ser arrancado de la mata y cuando está madurito se come con todo y cáscara, gota de oro, Marcelo,
Cosita de chivo, moradito, ñagá, cosa de toro, para hacer teteras, fabricó, “jincha cosa femenina” barbita, duritos, guerreros, entre otros. Se encuentra también “yamaguí”, un mango haitiano muy sabroso, conocido como “el Rey de la Frontera”, porque desconoce la línea divisoria.
El mango, es considerado en algunos lugares como “el melocotón de los trópicos”, con vitaminas A y C, portadores de hierro, potasio, fósforo, sodio y calcio, a nivel de la medicina popular, en Baní la tizana de hojas se utilizan contra el asma los nervios y los callos. La semilla, elimina parásitos intestinales, el fruto para eliminar enfermedades gastrointestinales y la infusión de la corteza es laxante y vermífugo, siendo utilizado también contra la diabetes.
Para la comercialización del mango en Baní, se han introducidos diversas variedades “más comerciales”, como el Tommy Akins, Kent, Halen, Madame Francés, Keitt, que son los de mayor volumen de exportación y las fincas priorizan esta variedades. De ellos, se exportaron de Keitt un 70% y del Tommy Akist, un 20%. ¿Qué quiere esto decir? Que los mangos originales de mi infancia están en peligro de extinción. Hay que tomar previsiones, hay que aumentar la producción, por ejemplo de mangos Mamellitos, en los mercados existentes y buscar nuevos mercados. Además se deben desarrollarse campañas de revalorización y difusión del mango banilejo. Para la Expo Mango 2022 que comienza mañana, el Ministerio de Agricultura o los organizadores deberían de entregar matas de mango para los patios banilejos y brigadas para sembrarlas.