Candidatura de Quinn define la lucha por la alcaldía de Nueva York

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Quinn, de 46 años y concejal desde 1999, lleva presidiendo el concejo municipal desde hace siete años, un período en el que se ha forjado una imagen de dura negociadora y firme defensora de sus principios, entre ellos el apoyo a los ciudadanos menos favorecidos.
Quinn, de 46 años y concejal desde 1999, lleva presidiendo el concejo municipal desde hace siete años, un período en el que se ha forjado una imagen de dura negociadora y firme defensora de sus principios, entre ellos el apoyo a los ciudadanos menos favorecidos.

NEW YORK.- La batalla para decidir el próximo alcalde de Nueva York está ya finalmente preparada con el anuncio formal de la candidatura de la principal favorita, la demócrata Christine Quinn, actual presidenta del concejo municipal. Quinn presentó oficialmente su candidatura este pasado domingo con visitas por los cinco barrios de la ciudad, en las que fue acogida calurosamente y mostró sus mejores dotes como una política capaz de llegar al ciudadano de a pie.

Si es elegida en los comicios de noviembre, y por ahora todos los sondeos le dan ganadora por amplio margen, Quinn no solo sería la primera mujer que rige la ciudad de los rascacielos, sino también la primera persona abiertamente homosexual en llevar las riendas del ayuntamiento.

Quinn, de 46 años y concejal desde 1999, lleva presidiendo el concejo municipal desde hace siete años, un período en el que se ha forjado una imagen de dura negociadora y firme defensora de sus principios, entre ellos el apoyo a los ciudadanos menos favorecidos.

Aún así, la concejal Quinn ha logrado cooperar de forma productiva con el actual alcalde, Michael Bloomberg, mucho más conservador que ella en ciertos asuntos económicos, aunque no tanto en los sociales.

Quinn lleva años preparando su candidatura, de forma que ha establecido posiciones muy claras en ciertos asuntos que le han hecho muy popular y también ha reunido ya un cofre de campaña con más de 5,2 millones de dólares.

Sus rivales para la candidatura demócrata, en unas primarias que se celebrarán probablemente en septiembre, son el actual Defensor del Pueblo, Bill de Blasio, el antecesor de éste en el puesto, Bill Thompson, y el exconcejal Sal Albanese.

También se prevé que presente su candidatura el fiscal de cuentas de la ciudad, John Liu.

En el lado republicano, el expresidente de la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA) Joseph Lhota encabeza las preferencias, seguido del empresario John Catsimatidis y el editor de prensa Tom Allon, entre otros nombres.

El último sondeo de opinión, divulgado el pasado 27 de febrero por Quinnipiac University, coloca a Quinn como gran favorita para lograr la candidatura demócrata (tendría más votos que sus tres principales seguidores juntos) y para ganar la elección de noviembre, en la que derrotaría a Lhota por un abrumador margen de 63-19 % de los votos.

Esa encuesta no incluía todavía a algunos recién llegados a la carrera, como Adolfo Carrión, expresidente del barrio del Bronx con el Partido Demócrata pero quien competirá con el Partido Independiente para intentar ser el primer alcalde hispano de la Gran Manzana.

A pesar de que las candidaturas no estaban anunciadas formalmente, en los últimos meses todos los mencionados han estado participando en numerosos debates y foros ciudadanos, en los que Quinn ha consolidado su lugar de privilegio en las preferencias de los neoyorquinos.

En una ciudad que es mucho más progresista y liberal que el resto de EE.UU., Quinn basará su campaña en intentar que el creciente aumento del nivel de vida (sobre todo la vivienda) no haga que la ciudad, principalmente la isla de Manhattan, acabe siendo un lugar exclusivo para ricos.

«Lucharé por mantener a la ciudad de Nueva York como un sitio donde la clase media pueda vivir y crecer», pero también como un lugar «que ayude a que quienes trabajan duro a entrar en la clase media», afirmó la aspirante al presentar su candidatura.

Quinn, quien se casó en 2012 con la abogada Kim Catullo, ha venido defendiendo en los últimos años diversas iniciativas a favor de los trabajadores que cobran el salario mínimo o de los inmigrantes sin papeles, lo que unido a su puesto de responsabilidad actual le ha dejado como la aspirante mejor conocida y más apreciada.