Santo Domingo, RD.- El extinto presidente Joaquín Balaguer Ricardo es uno de los políticos más imitados que hasta la fecha se mantuvo por más tiempo ocupando el poder (1966-1978) época denominada de los 12 años, una de las más sangrientas tras culminar la era de Trujillo, y luego del 1986 al 1996 período en el que salió debido a una prohibición constitucional.
El desaparecido líder del Partido Reformista Social Cristiano que, se inició bajo la sombra del dictador Rafael L. Trujillo, y de quien aprendió parte de sus rasgos, fue definido por el psiquiatra José Miguel Gómez como un flemático de pies a cabeza, un ser humano emocionalmente frío, calculador, distante, poco afectivo, que podía amar, pero no entregarse ni apasionarse.
Haciendo una retrospectiva de la personalidad del fenecido mandatario, al cual describe en su obra “Balaguer visto por un psiquiatra: sus tres vidas”, el especialista de la salud mental dijo que a raíz de su libro sobre Trujillo optó por hurgar en Balaguer, de quien significó hizo la “destrujillización del país”, siguiendo las secuelas de la dictadura.
Cita que gracias a la inteligencia, rasgos de personalidad, habilidades y destrezas, Balaguer terminó “controlando, ayudando y manipulando a todos los allegados dentro y fuera del partido”.
“Uno se preguntaba como un hombre manejaba el yo del presidente Trujillo, cómo lo manipuló, a la oposición después y al final esconder desde el punto de vista de la psiquiatría y psicología el Balaguer que no se casó; que siendo abogado, el civilista, intelectual, hombre culto, también negó la paternidad y no asumió la paternidad de once hijos”, narró el médico, escritor y columnista del periódico Hoy.
Gómez descubrió en su investigación, que Balaguer logró mantenerse en el poder sobre la base de sus rasgos efusivos, histriónicos, pero sobre todo porque tuvo un temperamento sanguíneo, colérico, flemático, egocéntrico, aislado, cercano, pero distante y a la vez que inspiraba respeto, era el mismo hombre que tenía empatía para conquistar y seducir.
Psicópatas-sociedad
Fue así como muchos de sus seguidores terminaron al lado de él, convirtiéndose en balagueristas y defensores de su estilo de mandatos, logrando incluso que sus adversarios en un congreso le dieran el título de “padre de la democracia dominicana”.
Gómez, quien dirige la Tertulia Salud Mental Centro Cuesta del Libro y expresidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría y Sexología del CMD, habló en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.
Tras estudiar los mandatos desde la Primera a la Cuarta República, al profesional le preocupa el haberse dado cuenta de que en la sociedad dominicana hay una patología social, una enfermedad con el liderazgo político, porque las personas más sanas no llegan o no se mantienen en el poder, como Duarte, Hostos, o Juan Bosch.
Sin embargo, llegaron Santana, Trujillo, Balaguer, y cuando un país que necesita de hombres “fuertes” que los puedan controlar, evidencia que la sociedad conecta con antisociales o psicópatas funcionales.
“El mal que tenemos desde el inicio de la República es que tenemos más de cien años de dictadura… lo que descubrí en Balaguer es que terminó con una adicción al poder”, puntualizó el siquiatra, quien afirmó que el autoritarismo no ha desaparecido en el país.
Gómez estuvo acompañado de Mirtha de León, sexóloga y coordinadora de la Tertulia Salud Mental de Centro Cuesta del Libro; los comunicadores Luis Rafael Rojas y Carmenchi Gómez, y José Miguel de León, mercadólogo.
Salud mental
Respecto a la asistencia en la salud mental en el país, dijo se ha triplicado el número de pacientes que visitan el psiquiatra tras la pandemia. “La República Dominicana es de los países que menos invierte en salud mental”.
El psiquiatra valoró la decisión sobre frontera
Valoración. José Miguel Gómez, al analizar el cierre de la frontera por la construcción ilegal de un canal en el río Masacre, validó la decisión del presidente Luis Abinader.
Alegó que esa determinación provocó que se posicionara el tema ante la ONU. Lograr que Joe Biden, lo mismo que otros presidentes, como el de Kenia, reclamara ante el Consejo de la ONU atención a la crisis, dejó claro que el país no puede hacerse cargo de Haití.
Observa a Luis como un presidente controlado, pausado, frío y que toma decisiones basado en estudios anteriores. “Pienso es una persona emocionalmente estable”.