Por Roberto Veras
Hace 44 años antes de la era cristiana, un oscuro capítulo de la historia se desplegó en Roma. Un grupo de senadores decidió tomar la justicia en sus propias manos y apuñalar al emperador Julio César en un acto que cambió el destino del imperio y dejó una huella imborrable en la memoria colectiva.
El 15 de marzo, conocido como «Idus de marzo», se convirtió en un día que perduró en la historia, un día en el que la ambición, el miedo y la traición se entrelazaron para poner fin a la vida de un hombre que, a ojos de muchos, era un líder carismático y visionario. César no solo había conquistado vastos territorios para Roma, sino que también había forjado amistades y enemistades en su ascenso al poder.
Los senadores romanos, en su temor a que Césarion, el hijo de Cleopatra y Julio César, heredara el poder tras la muerte de César, conspiraron para eliminarlo. Nombraron a Octavio, el sobrino de César, con la esperanza de que se convirtiera en el instrumento de su venganza y pusiera fin a la amenaza de Césarion.
La historia de la traición en Roma no es tan diferente de lo que sucede en nuestros días. A menudo, en la política, la ambición personal y la rivalidad pueden llevar a conspiraciones y actos despiadados. Es lamentable que la lealtad y la integridad se vean eclipsadas por el deseo de poder y la sed de venganza.
En un contexto más actual, en el municipio de Santo Domingo Este (SDE), vemos una situación similar. Algunos concejales del partido «del gallo que engorda» y el presidente del «gallo fuerte» han estado conspirando para enterrar al alcalde. Su motivo parece ser la envidia y el resentimiento, ya que no pueden perdonar al alcalde por su gestión pulcra y responsable de los recursos municipales. En lugar de valorar su trabajo, han tratado de enterrarlo políticamente.
La filtración de información financiera sin pruebas con el objetivo de desacreditar la gestión municipal es un comportamiento perjudicial y censurable. En cualquier contexto, la divulgación de información sin una base sólida y verificable puede dañar la reputación de las personas o instituciones de manera injusta y socavar la confianza en la administración.
Es fundamental que las acusaciones o denuncias relacionadas con la gestión municipal se basen en evidencia sólida y se aborden a través de canales legales y éticos. La transparencia y la rendición de cuentas son pilares importantes de una gestión pública efectiva y confiable, pero esto no debe confundirse con la difamación o la desinformación.
Si alguien está difundiendo información sin pruebas para desacreditar la gestión municipal, es esencial que las autoridades competentes investiguen adecuadamente y, en caso de que se demuestre que la información es falsa o maliciosa, se tomen las medidas apropiadas para responsabilizar a los responsables.
Sin embargo, como el alcalde ha afirmado con determinación, pueden intentar enterrarlo, pero él y su equipo tienen la fuerza y la moral para resurgir como el ave fénix. La resiliencia y la perseverancia son cualidades que a menudo emergen en momentos de adversidad, y es de esperar que, como sociedad, podamos superar las intrigas y las conspiraciones para avanzar hacia un futuro mejor.
La historia de Julio César y la situación en SDE nos recuerdan la importancia de la honestidad, la lealtad y el servicio público. En lugar de recurrir a la traición y la venganza, debemos buscar el bien común y el progreso, incluso en medio de las diferencias políticas y personales. Como sociedad, podemos aprender de la historia y evitar que los Idus de marzo se repitan en nuestro tiempo.