Nuestros superhéroes

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Elpidio Valdés

Por MIGUEL CRUZ SUÁREZ – Granma.cu

Contados con los dedos de las manos son los países que han logrado preservar su identidad en materia de personajes infantiles en el entorno gráfico o audiovisual. Cuba ha sido capaz de posicionar esos símbolos en el imaginario infanto-juvenil por varias generaciones, una verdadera proeza cuando las intenciones son establecer paradigmas ajenos, dotados de un portentoso sustento económico y diestros en llevar el mensaje consumista, occidental, de supremacía racial y valores muy distantes de los del sur que habitamos.

Urge mantener vivos a nuestros héroes genuinos, a Elpidio Valdés y al Capitán Plin, a tantos otros que llevan la cubanía en sus trazos y que promueven un mensaje edificante, patriótico y descolonizador. Ellos son un arsenal disponible a la hora de comunicarnos con un público que, debido a sus edades y al impacto directo de las nuevas tecnologías, habita en un universo frágil al que entrarán con más fuerza aquellos mensajes mejor diseñados, más atractivos y promocionados.

Es una realidad lamentable el hecho de que no podamos competir, en el orden económico, con las corporaciones del comic o con las megaproducciones de Disney o Cartoon Network, por solo citar algunas de las más poderosas; pero tampoco debemos disminuir nuestras opciones de reposicionar los personajes autóctonos en aquellas producciones nacionales que bien podrían llevar toda una gama de dibujos y tramas nacidas de la rica tradición que acumula la historieta cubana, tan popular desde las páginas de Zunzún y Pionero; dos revistas urgidas de seguir llegando a las manos de miles de niños que las esperan siempre, con avidez.

Muchos otros soportes son válidos para la promoción de estos códigos que, en todos los casos, encierran un poderoso antídoto contra patrones foráneos que, peligrosamente, van ganando los espacios que nosotros dejemos sin ocupar.