Por Roberto Veras
SANTO DOMINGO ESTE, RD.- La participación de Sergio Abreu vocero de (Caminata un Paso por mi Familia) en el programa Con Punto Coma transmitido por Su Mundo TV dejó una reflexión profunda y oportuna: “El mundo está en crisis porque la familia está en crisis”. Este planteamiento resonó con fuerza, especialmente en un tiempo donde las divisiones internas, los conflictos internacionales y los problemas sociales parecen desgarrar el tejido mismo de nuestra sociedad.
Abreu propuso que el mes de noviembre sea un mes de celebración y reflexión por la unión familiar. No se trata solo de palabras, sino de acciones concretas, como caminatas, actividades de reflexión, cantos y bailes, para reconectar a las familias y reconstruir los lazos rotos. Sin embargo, su mensaje fue más allá de los gestos simbólicos y destacó que la crisis que enfrentamos a nivel global tiene su raíz en los hogares desintegrados.
En su análisis, Abreu pintó un panorama sombrío: conflictos en Ucrania e Israel, crisis en África, divisiones internas en América Latina. Todo apunta a un mundo al borde del colapso, donde la fraternidad y la solidaridad parecen haber quedado relegadas. Las redes sociales y los medios de comunicación amplifican esta sensación de caos, mostrando un panorama global desalentador. Sin embargo, Abreu destacó que, aunque esto puede generar miedo, también es una oportunidad para actuar.
“La solución comienza en el hogar”, enfatizó. Desde allí se forma a ciudadanos con valores que impacten positivamente en la sociedad. La familia es la cuna donde se enseña gratitud, respeto, justicia y paz. Es el espacio donde se siembra la semilla del cambio que tanto necesitamos. Abreu advirtió que la violencia intrafamiliar ha permeado no solo los hogares, sino también las escuelas, las calles y hasta las instituciones. Este ciclo solo puede romperse educando con ternura, amor y diálogo.
Su mensaje también abordó la importancia de la educación y el respeto a nuestra madre tierra. Enfatizó que una familia fortalecida también es clave para construir ciudadanos comprometidos con el cuidado del planeta. Esto se extiende a cada ámbito de la vida: necesitamos mejores maestros, mejores líderes, mejores ciudadanos. Todo comienza con un hogar donde se practiquen los valores esenciales.
El llamado de Abreu es contundente: debemos mirar hacia adentro, hacia nuestras familias, y hacer el trabajo que nos corresponde. Si queremos un mundo mejor, debemos comenzar a sanar nuestros hogares. Desde ahí, y solo desde ahí, podrá gestarse la transformación que tanto anhelamos como sociedad.
En palabras del propio Abreu, “la primera plataforma para contrarrestar el caos está en los niños, en educarlos para el amor, el diálogo y la tolerancia”. Y, aunque la crisis parezca inmensa, es en la unidad familiar donde encontramos la esperanza de un mundo diferente.
