Por Roberto Veras
SANTO DOMINGORD.- En una reciente entrevista, el experto en la producción de alcohol Newton Rodríguez, quien ha trabajado en diversas empresas licoreras y posee un conocimiento profundo del proceso de elaboración de bebidas alcohólicas, compartió una reflexión importante sobre el consumo de alcohol y la calidad de los productos en el mercado.
Según Rodríguez, “el alcohol no hace daño, lo que hace daño es la cantidad que usted ingiere”. Esta afirmación pone el foco en la moderación y el consumo responsable como clave para disfrutar de las bebidas alcohólicas sin afectar la salud.
Sin embargo, también advirtió sobre un problema serio: el consumo de ron producido en condiciones precarias, conocido popularmente como «ron de patio». Este tipo de licor, elaborado sin los controles necesarios de calidad e higiene, es el verdadero responsable de los graves daños a la salud, incluidos casos de intoxicación y hasta la muerte.
Rodríguez explicó que un buen ron se distingue no solo por su sabor y aroma, sino también por el riguroso proceso de filtrado al que es sometido durante su fabricación. “Un buen ron es aquel que en su proceso pasa por más de tres filtros.
El sistema de filtrado permite eliminar las impurezas, lo que garantiza un producto de alta calidad y con un aroma agradable”, detalló el experto. Este proceso no solo mejora la experiencia sensorial del consumidor, sino que también asegura que el producto sea seguro para el consumo.
El ron de patio, por el contrario, carece de estos procedimientos de calidad. Su producción rudimentaria y la falta de controles sanitarios lo convierten en un producto peligroso.
En muchos casos, estos rones contienen altos niveles de metanol y otras sustancias tóxicas debido a la destilación deficiente, lo que representa un riesgo significativo para quienes lo consumen.
Este problema también tiene un componente social y económico. La proliferación de estos productos ilegales no solo afecta la salud de las comunidades, sino que también daña la industria licorera formal, que invierte recursos significativos en garantizar la calidad de sus productos y cumplir con las normativas vigentes.
El mensaje de Newton Rodríguez es claro: la educación y la concienciación sobre el consumo responsable y la elección de productos de calidad son fundamentales. Las autoridades también tienen un papel clave en la regulación y el control para combatir la fabricación y distribución de rones de baja calidad.
En un país donde el ron forma parte de la cultura y tradición, asegurar que las personas disfruten de un buen producto no solo protege su salud, sino que también preserva el prestigio de esta bebida emblemática. La moderación, sumada a la elección de rones de calidad, es el camino para disfrutar de este licor sin riesgos innecesarios.