POR WILLIAM ALEMAN
SANTIAGO DE LOS CA BALLEROS, RD.- Dionisio Mejía, merenguero típico de Higüey mejor conocido como Guandulito, apodo que le vino por tener las hojas verdes como el gandul (mejor conocido con Guandule) fue uno de los más creativo acordionista de su generación.
Nació en la Güizara de Higüey, el 23 de marzo de 1911.
A la edad de 7 años se fue a vivir a la Romana con un tío llamado Andrés Mejía que era acordionista y de él hereda y aprende a tocar ese instrumento diatónico, a la edad de 13 años ya tocaba fiestas en los campos de La Romana, y a la edad de 20 años decidió probar suerte en Santo Domingo, compartiendo la tocada con la reparación de acordeones, oficio que aprendió de un señor higüeyano llamado Severo.
En el desarrollo de su carrera como músico, cantante y compositor, su primera grabación fue en 1958 para el empresario Bartolo Primero, luego pasó a manos de Radhamés Aracena, propietario de un sello disquero y la emisora Radio Guarachita, que salió al aire en 1964 y le pagaban para esa época $35.00 pesos por cada 4 merengues que interpretaba en esa emisora.
En los finales de la época de Trujillo fue que este prodigioso de la música de tierra adentro toma más renombre y alcanzó popularidad, que al igual que otros músicos de la época cantó en alabanza al presidente de entonces Rafael Leonidas Trujillo, cualquier cosa que hiciera el régimen era inspiración para el artista componerle una canción al punto que llegó a empalagar con composiciones alabando a la guardia, policía, azucareros y todo lo cercano al gobierno.
Aunque él decía que hacía todo eso para defenderse y según él Trujillo le regalaría una casa, pero no fue así, porque cuando llegó la orden de que le entregaran la casa, casi en seguida mataron a Trujillo y jamás se la entregaron.
Este excelente ejecutante se caracterizó por el estilo muy personal de su música y forma de cantar, otra característica de Guandulito era que en sus interpretaciones introducía cuentos y comentarios graciosos a el desarrollo de las canciones, ganó público y fama desde que se escuchaba su música por la radio, en los finales de los 50, que era el medio por excelencia de difusión que existía para llegar a la mayoría.
Con la caída de Trujillo cae su música y su figura, fue repudiado por los mismos que antes lo aplaudían y bailaban su música.
Varios años después el talentoso y espontáneo músico recuperó su espacio y volviera a sonar sus nuevas creaciones grabadas como fuera el cuento de la guinea, de las dos garzas, la cariñosa, el rebú, el pájaro del agua, amores escondidos, en los guandules te espero; le sumaron a viejas interpretaciones que nada tenía que ver con Trujillo como: Jovinita (en honor a Jovina Rivalde), que fue su compañera sentimental, incluida en una producción que alcanzó 8 discos de larga duración (LP) y 300 sencillos, el resurgir de Guandulito fue efímero, ya que para esa época tenía competencias como: Tatito Henríquez, Bartolo Alvarado (el Ciego de Nagua).
Entonces la competencia, los achaques de salud y la feroz comercialización sacaron a Guandulito de competencia, dejándole el legado a ellos de sus grabaciones
Guandulito como otros artistas del pasado y otros no tan del pasado, vivió los últimos años de su vida inhumanamente en una habitación (parte atrás) con sus 10 hijos y su inseparable Jovina, pagando 10 pesos de alquiler por la pequeña habitación que para pagarla y mantenerse tenía que empeñar el acordeón y la ropa, fruto de que los empresarios nunca le pagaron lo justo y el mal manejo de los pocos recursos que percibía, luego logró una pensión de $150.00 pesos que después fue bajada a $100.00 pesos mensuales.
Murió en la pobreza total, y esto que le sirva de ejemplo a los artistas que mal manejan sus finanzas.
Para enterarlo, Joseíto Mateo y Corporán le regalaron la caja y sacaron el acordeón de la compra venta y lo enterraron junto con él.
Un día como hoy, esa gloria del merengue típico Guandulito cumpliría 72 años. “Qué Viva Guandulito” por sus aportes a esta música.
Tomado del Periódico Voz Diaria
