Ese presidente que era analfabeto fue el general Gaspar Polanco, quien gobernó la República Dominicana por un corto período de tan solo tres meses, desde el 15 de octubre de 1864 al 24 de enero de 1865. Nunca fue a la escuela y nunca aprendió ni a leer ni a escribir.
Desde muy joven se destacó por su intrepidez, su bravura, su conocimiento profundo de los terrenos, su carácter firme, decidido, impetuoso y de gran valor.
Fue un destacado líder del movimiento restaurador de la República en 1863, hasta el punto que el profesor Juan Bosch y otros historiadores lo catalogan como “la figura más destacada de la Restauración”.
Algunos investigadores y estudiosos de la historia dominicana, afirman que ha habido por lo menos dos casos más de presidentes analfabetos: Pedro Guillermo y Wenceslao Figueroa.