Intoxicación de Sobrecargo Sensorial

0
128
Cuando nos topamos con las personas “intoxicadas” una palabra de aliento no les caería mal, pero ojo y mucho cuidado, quizás su actitud o respuesta no sea de tu agrado.
Cuando nos topamos con las personas “intoxicadas” una palabra de aliento no les caería mal, pero ojo y mucho cuidado, quizás su actitud o respuesta no sea de tu agrado.

POR MERCEDES JIMENEZ RAMIREZ

Existen momentos cuando podemos aparentar ser personas groseras y desagradables o hasta maliciosas, igualmente podemos topar con ellas, este comportamiento no siempre refleja la verdadera personalidad de la persona, quizás están atravesando por un mal momento y este comportamiento descentrado es una reacción intuitiva de sobrevivencia.

A veces estamos tan sobrecargados con estímulos sensoriales, problemas y conflictos que nos convertimos en personas antisociales y perdemos la noción de las normas sociales; tal como la cortesía, amabilidad y sensibilidad.

Este comportamiento a veces lo podemos atribuir a la ansiedad y el estrés, pero es importante destacar que somos personas con personalidades y caracteres propios, tenemos diferentes crianzas, vemos el mundo a nuestro alrededor a través de diferente visión, y sobretodo tenemos diferentes niveles de tolerancia, lo que quiere decir que no todo se lo podemos achacar a la ansiedad y el estrés…

No te has preguntado a veces ¿Por qué será que Juan o María se ahogan en un vaso de agua? Bueno porque Juan o María quizás no tienen la misma destreza que tú tienes para resolver desafíos, o su nivel de tolerancia no está al mismo nivel que el tuyo o el mío. Pero quizás Juan o María tienen otras habilidades que nosotros no tenemos.

Lo importante es destacar que cuando estamos sobrecargados sensorialmente lo mejor que podemos hacer es desintoxicarnos.

Porque aunque no lo crean, lo que pasa es que cuando estamos sobrecargados sensorialmente todo a nuestro alrededor nos molesta, el sonido de los autos, la gente hablando alto, los teléfonos sonando, la radio o televisión, y ¡hasta las moscas nos molestan! Entonces es durante esta etapa de “intoxicación de sobrecargo sensorial” cuando más necesitamos nuestro espacio, la solitud y el silencio, y si es posible envolvernos en un capullo.

Lo mejor que podemos hacer para desintoxicarnos es irnos al campo o el mar para así volvernos a conectar con la Madre Tierra; si piensas que esto es algo esotérico te equivocas. No existe mejor terapia personal que desconectarse con el día-a-día y reconectarnos con la naturaleza.

Cuando nos topamos con las personas “intoxicadas” una palabra de aliento no les caería mal, pero ojo y mucho cuidado, quizás su actitud o respuesta no sea de tu agrado.

Si eso llegara a pasar, lo mejor que puedas hacer por esa persona o por ti mismo es alejarte. Por mucho que estimes o quieras a esa persona no tienes que aceptar su maltrato; es mentalmente sano para ti removerte de la situación y darles su espacio que tener un enfrentamiento.

No descargues tus energías positivas en alguien que está atravesando por una “intoxicación de sobrecargo sensorial”, porque así como estas descargando tus energías positivas estas recogiendo las energías negativas de la otra persona.

Acuérdate, todos pasamos por momentos difíciles, pero eso no le da derecho a nadie a maltratar a la gente, especialmente a las personas más cercanas y a los seres queridos. Si no puedes superar esta etapa en tu vida, si tu comportamiento es agresivo, ya sea verbal o físico, busca ayuda de salud mental.

Toda crisis a tiempo tiene solución.