POR NELSIDO HERASME
El Dr. Emmanuel Esquea, un avezado y experimentado político y abogado de los tribunales de la República, con lenguaje sencillo y coloquial, propio del hipismo nacional, ha dicho que en la carrera por la presidencia del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) a él «habrá que matarlo en el espejo, porque hace rato que dobló la curvita de la Paraguay».
Emmanuel es expresión genuina de las bases del PRD y como dirigente de esa organización política está consciente que es en ella que reside la soberanía, por lo tanto, son las que están facultadas para elegir a sus autoridades.
Emmanuel fue uno de los primeros en saludar el encuentro Hipólito-Miguel, porque ha traído respiro y esperanza a la familia perredeísta, pero al mismo tiempo advirtió que rechazará cualquier acuerdo que se haga de espaldas a lo establecido en los estatutos del partido.
En las circunstancias actuales, Emmanuel Esquea es el aspirante a la presidencia del PRD mejor valorados por las encuestas y sondeos de opinión que se han realizado, dado que en sus recorridos por una importante franja de la geografía nacional, el clamor de los de abajo es que los organismos del partido consensúen y fijen fecha para la celebración de una convención cristalina.
Nosotros nos inscribimos en ese deseo ardiente de las bases y de Emmanuel Esquea, porque es la vía más expedita y democrática que tienen los perredeistas para escoger a su presidente y a las demás autoridades de la organización.
La convención limpia, idónea y transparentes, es la única herramienta con que cuenta toda organización democrática; es el espacio en donde cada aspirante demuestra con gallardía y buen discurso su liderazgo y capacidad de convocar a sus simpatizantes y pedirle su apoyo.
Esquea es el principal abanderado de la unidad, favorecedor del dialogo y el frontal enemigo de los acuerdos de aposentos, porque ello representa una afrenta para las bases, ofenden los principios y violan flagrantemente la democracia interna y los estatutos del partido.
Esquea ha demostrado ser un excelente administrador y enderezador de entuertos, porque le ha tocado ser presidente del PRD en los momentos de mayor efervescencia y, es de ahí que las bases lo piden para presidente, por su autonomía, su coraje y buena voluntad; quien solo actúa apegado a la disciplina y a los principios estatutario.
Los del PRD están invitados a unirse, porque es un clamor de la sociedad para el mantenimiento del equilibrio democrático, pero ello no debe violentar las normas, ni anular el derecho de las bases a escoger a sus dirigentes.