Europa lanza medidas para frenar la alta desocupación juvenil

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La Eurozona Bate un Récord de Desempleo Juvenil, con España y Grecia a la Cabeza.

La Comisión Europea quiere que, a cuatro meses de terminar sus estudios, todos los países del bloque ofrezcan empleo o prácticas rentadas a los jóvenes. El bloque tiene una tasa de desocupación de menores de 25 años del 23,4%.

La Eurozona Bate un Récord
de Desempleo Juvenil,
con España y Grecia a la Cabeza.

BRUSELAS.- La realidad a veces no concuerda con los deseos. Pero Bruselas parece creer que puede cambiarla por ley. La Comisión Europea quiere que cada uno de los 27 países del bloque ofrezca a los jóvenes, obligatoriamente y desde 2013, un empleo, una formación o prácticas rentadas como mucho cuatro meses después de que terminen sus estudios.

A la espera de que la «consolidación fiscal expansiva», esa receta económica que dice que los ajustes generarán confianza en la economía y la harán crecer, genere hipotéticos empleos, la Comisión Europea lanzó esta mañana una serie de medidas para intentar poner freno a la sangría del desempleo juvenil.

El bloque tiene una tasa de desocupación de menores de 25 años del 23,4%. Los datos varían considerablemente de un país a otro. Mientras en Alemania es del 8,1%, en Austria del 8,5% y en Holanda del 9,8%, en España ya es del 55,9% y en Grecia del 57%.

Además, el 12,9% de los jóvenes son los llamados «ni-ni», los que ni trabajan ni estudian, 7,5 millones de europeos entre 16 y 25 años que pasan el día con una mano sobre la otra.

La idea del Ejecutivo comunitario es extender a los 27 un modelo que, según Bruselas, funciona en Austria, Suecia y Finlandia, países con una tasa de desocupación muy baja y en los que los jóvenes tienen menos problemas para encontrar ocupación.

El modelo austríaco consiste en que a cada joven, hasta los 18 años y si ha dejado los estudios estipulados, se le ofrece «una garantía de formación» que se desarrollará en instituciones financiadas, con dinero público.

Entre los 19 y los 24 años tienen «una garantía de empleo y formación». A este grupo se le ofrece un empleo -en empresas privadas pero en parte subvencionado por los presupuestos públicos-, antes de que lleven seis meses registrados en las oficinas de búsqueda de empleo.

El problema es cómo podrán los países del sur de Europa, en recesión, aplicando ajustes a martillazos y con tasas de desempleo históricamente altas -el 26,2% en España, 6 millones de personas- conseguir los fondos para aplicar un modelo semejante.

El comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, László Andor, reconoció esta mañana que no habrá ni un euro más de dinero comunitario, como mucho podrán desviarse a ese cometido otras partidas, como el fondo social europeo, destinado en principio a ayudar a la reconversión de trabajadores despedidos cuando las empresas deslocalizan su producción a países con costes laborales menores.

Andor, un voluntarista, el único comisario -de 27- que lleva años advirtiendo del desastre económico y social que están provocando los ajustes sin control en el sur de Europa, dijo que «la elevada tasa de desocupación de jóvenes tiene consecuencias dramáticas para nuestras economías, nuestras sociedades y sobre todo para los jóvenes. Por eso tenemos que invertir ya en los jóvenes europeos. El coste de la inacción sería catastrófico».

El fondo -todavía no se sabe cuánto dinero tendrá de 2014 a 2020, tuvo 76.000 millones de euros entre 2007 y 2013. Como muestra, España ha utilizado 294 millones de euros de dinero europeo en siete años a la lucha contra el desempleo juvenil.

El fondo, además, seguirá con su labor actual y tendrá que compartir dinero para formación de jóvenes desocupados. Una gota de agua porque la prioridad absoluta siguen siendo los ajustes.

Según los datos de la Comisión Europea, el desempleo juvenil tiene un coste económico para Europa de 150.000 millones de euros al año, el 1,2% de la economía del bloque. Para algunos países, como Bulgaria, Chipre, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia y Polonia, pasa del 2%