POR RAFAEL SANTOS
El autor es periodista. Reside en Salcedo
Ha llegado Junio, y para nadie es un secreto que con el llamado ombligo del año, llega el temor de todo un pueblo al saberse atrapado en medio de las injusticias sociales y sobre todo, de lo que algunos han llamado desinterés para resolver un varios casos de muertes de jóvenes de nuestro pueblo, Salcedo.
Debo confesar a través de las presentes líneas, que como ente social con un trabajo sobrecargado de peligro, me siento temeroso de lo que el futuro nos pueda deparar como pueblo, cuando se acerquen los días 12, 13, 14 y 15 de junio, en donde para nadie es un secreto, hay sectores que han estado clamando justicia por ese junio sangriento, muy latente en la conciencia de una sociedad que todavía no logra sobreponerse del espanto de tanta sangre y de imágenes de jóvenes asesinados en aquellos funestos días que todos queremos olvidar.
Entiendo, que el flaco papel de sectores con responsabilidades en aclarar esos sangrientos episodios que de por sí ya forman parte de la historia del pueblo, pudieran ser ligado a la apatía de los amos y señores que nos gobiernan, la bujía inspiradora que coloque en la mente de aquellos que llaman a la protestas, el detonante perfecto para iniciar lo que en realidad muchos salcedenses no queremos: la violencia en nuestras calles, madre de todo germen de atraso y de luto en nuestros rincones populares.
Salcedo no soporta ver más sangre en sus calles, en su mayoría de personas inocentes; Salcedo como una mujer o un hombre herido en su sensibilidad está hastiado de ver de cómo la palabra progreso se aleja de su diccionario para darle paso al caos, a la anarquía, a la violencia, a las desigualdades sociales, a la falta de entendimiento y sobre todo, a la falta de oportunidad para enrumbarnos por mejores senderos que al final bien nos pudieran señalizar un horizonte sin la maldita macha de las injusticias y los fieros espectáculos que nos presentan ante el mundo como un pueblo sumido en el más profundo de los escenarios caribeños.
Sus autoridades deben de entender que si bien es cierto que a través de este escrito estamos planteando nuestra posición de no más violencia ni más gomas encendidas en nuestras calles, también estamos reclamando de las mismas que se despojen de todo vestigio politiquero y cumplan con sus responsabilidades de decirle a este pueblo esa verdad que tanto espera: los responsables de aquel junio que cada día duerme en los recuerdos de Salcedo.
Héctor Ramón Medina, Jonathan Paulino, Rafael Guzmán (Paquito) Rafael Cáceres (El Visco) Dilenia Quezada y su criatura, fueron seres humanos igual que tu y que yo, igual que el Papa, que el Presidente Danilo Medina, igual que nuestros diputados, que el senador, que el Rey de España; en fin, fueron seres humanos con su defectos y sus virtudes, seres humanos con los mismos organos físicos, seres humanos que hoy no debieron ser mencionados en este escrito dentro del verbo ya murieron………
Reiteramos nuestra posición, Salcedo no quiere más protestas, Salcedo no quiere más sangre, Salcedo no quiere más violencia y caos en sus calles, Salcedo quiere paz, armonía, justicia social, Salcedo quiere respirar otro tipo de aire no como el que nos cubre con esa sobre carga de incertidumbre y de un futuro incierto……..
Salcedo quiere continuar transitando el camino que nos han señalizados las obras físicas que se construyen en donde más de 11 mil millones se invierten, Salcedo quiere salir en los medios nacionales con otros tipos de titulares, Salcedo quiere ver que de una vez y por toda se imponga la palabra sensatez y por último, Salcedo quiere ver que todo nos cobijemos bajo una misma sombrilla protectora con nuestra vista erguida hacia el firmamento, con la plena seguridad de que tenemos como único aliado al que todo lo puede en nuestras debilidades y que se llama DIOS.