De las Carnes y los Huevos Dominicanos en Haití

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“Haití prohíbe las carnes y los huevos dominicanos”, destacan algunas entregas periodísticas.
“Haití prohíbe las carnes y los huevos dominicanos”, destacan algunas entregas periodísticas.

POR JUAN CRUZ TRIFFOLIO
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El titular de primera plana lo dice todo.

Además de generar alarma conlleva preocupación.

No es una información cualquiera.

Se trata de una advertencia formulada un día después en que el mandatario dominicano, en tierra haitiana, diera a conocer su ineludible compromiso de que ayudaría a reforestar esa nación.

La inquietante información aparecida en algunos de los portales de los principales diarios nacionales nos deja pasmados.

“Haití prohíbe las carnes y los huevos dominicanos”, destacan algunas entregas periodísticas.

Y no conforme con lo ya leído, a manera de advertencia y urgencia, se agrega: “El gobierno de la vecina nación indica que la medida es de efecto “inmediato” hasta nuevo aviso”.

Qué pena…. Qué desvergüenza…!!

Y pensar, sin ánimo de subestimar, que la amonestación procede de un conglomerado social en donde los difuntos todavía reciben sepultura en el patio de la mayoría de las viviendas dada la carencia de camposantos.

Donde las vísceras del pollo, la gallina y el cerdo, hervidas en cántaros y en ocasiones repletos de moscas, continúan siendo uno de los elementos básicos en la dieta del cotidiano subsistir de numerosas familias.

Donde los servicios sanitarios lucen una deficiencia crónica y aparentemente, insuperable.

Donde la mayor parte de la población infantil trajina descalza y exhibe sus famélicos cuerpos al desnudo y en pleno social.

Hablamos de un agregado humano en donde, sin hiperbolización alguna, el concepto letrinización luce extinguido en el vocabulario normal de sus integrantes, principalmente, en el área rural.

Estamos haciendo referencia a un conglomerado social cuyos índices de pobreza e indigencia laceran la conciencia colectiva universal, ubicándose entre los más bajos a nivel mundial.

Es ahí, a pocos pasos del epicentro de la tierra del patricio Juan Pablo Duarte, allá, donde todo parece faltar, donde, por el momento, se grita a viva voz que no desean nuestras carnes y mucho menos, los huevos de nuestras gallinas.

Oh, Dios mío, cuántas cosas se escuchan y se ven en esta isla del Caribe…!!

Qué desvergüenza para no exclamar, con razón o sin ella: Qué tupé..!!

Qué se estará tramando..?

Ya veremos…