MADRID, ESPAÑA.- La compañía aérea Iberia anunció hoy que suspenderá sus vuelos a Santo Domingo y La Habana a partir del 1 de abril de 2013.
También señaló que a mediados de enero próximo dejará de volar a Atenas, El Cairo y Estambul.
Estos recortes forman parte del plan de reestructuración presentado por la compañía el pasado 9 de noviembre, que prevé eliminar las rutas más deficitarias, alrededor de un 15 % en total.
En un comunicado difundido hoy, Iberia afirma que se trata de trayectos con un componente principalmente turístico «donde es más difícil competir con otro tipo de operadores».
En el caso de San Juan de Puerto Rico, se seguirán ofreciendo vuelos vía Miami, mientras que a Montevideo se podrá seguir viajando vía otros destinos de Iberia en la región, indicó la nota.
A los clientes que tengan billete para alguno de esos vuelos con fechas posteriores a su interrupción, la aerolínea les ofrece bien el reembolso del mismo, bien vuelos alternativos con otras compañías con las que ha alcanzado acuerdos.
Se trata de Air Europa para Santo Domingo y La Habana, Vueling en el caso de Atenas, Egyptair para los vuelos a El Cairo, y Turkish Airlines para Estambul.
Iberia asegura que su objetivo es «centrarse en la red más estratégica» y a partir de 2013 crecer «en función de la situación económica y los mercados».
En relación con ese objetivo, la compañía tiene previsto aumentar el próximo año su oferta de vuelos a Brasil, México, Miami, Centroamérica, Chile o Ecuador en el largo radio, mientras que en el corto contempla incrementar la oferta a Londres, Casablanca, Argel, Nuakchot, Dakar o Malabo.
Al mismo tiempo, pretende «aumentar los ingresos y reducir los costes comerciales para consolidar una base sólida de crecimiento futuro», precisa.
Para ello introducirá «nuevos productos y servicios» para mejorar la atención tanto en vuelo como en tierra.
El plan de reestructuración de Iberia, que hasta septiembre acumulaba pérdidas de 262 millones de euros, incluye el recorte de 4.500 empleos, reducción salarial de entre el 25 y el 35 %, una disminución de rutas del 15 % y de la flota (25 aviones menos), así como la segregación de actividades de mantenimiento y servicios en tierra.