CIA reclutó italianos para matar a Fidel Castro

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El libro confirma el planteo hecho sobre el asesinato en 1967 por el juez Jim Garrison, enfoque utilizado a su vez por la conocida película de Oliver Stone JFK.
El libro confirma el planteo hecho sobre el asesinato en 1967 por el juez Jim Garrison, enfoque utilizado a su vez por la conocida película de Oliver Stone JFK.

ROMA.- La CIA reclutó ciudadanos italianos en el ámbito de los planes de la agencia para matar a Fidel Castro, afirma un periodista italiano en un nuevo libro sobre el asesinato de John F. Kennedy, que según ese trabajo tuvo lugar en el marco de un complot organizado en las altas esferas de la CIA, con la complicidad de la mafia italo-estadounidense y de los exiliados cubanos en los Estados Unidos.

El libro confirma el planteo hecho sobre el asesinato en 1967 por el juez Jim Garrison, enfoque utilizado a su vez por la conocida película de Oliver Stone JFK.

El nuevo trabajo publicado en Italia, cuyo título es Kennedy debe morir, fue escrito por el joven periodista de ANSA Claudio Accogli, quien afirma entre otros temas que los proyectiles utilizados en Dallas para matar a Kennedy habían sido fabricados en una empresa norteamericana en 1954 «por cuenta de la CIA».

Accogli cuenta por otra parte que los documentos de la SIFAR —viejos servicios secretos militares italianos— sobre el fusil italiano que fue el arma del delito, fueron a su vez «fabricados» por Gladio, una estructura clandestina durante la guerra fría que estaba al servicio de la CIA.

Los proyectiles de Dallas «fueron probablemente enviados a Italia en 1954» y luego reimportados, y vendidos, en los Estados Unidos en 1961 por la misma empresa que había vendido la pistola empleada por Lee Harvey Oswald, el presunto asesino de Kennedy, quien en el momento de ser arrestado tenía en sus manos precisamente esa arma.

El libro explica por otra parte, sobre la base de una serie de fuentes, las razones por las cuales la tesis que Oswald haya actuado solo no es creíble.

También recuerda en esas «altas esferas de la CIA» el rol clave de James Jesús Angleton, hombre fundamental del contraespionaje norteamericano por casi treinta años, hasta el 1974, cuando fue obligado a dimitir de su cargo.